Prólogo y argumento al benigno lector
No sin falta de justa consideración, discreto lector, me moví a un intento tan ajeno de mi profesión, que es militar, tomando la pluma para escribir estos anales del descubrimiento, población y conquista de las , donde en diversas armadas pasaron más de cuatro mil españoles, y entre ellos muchos nobles y personas de buena calidad, todos los cuales acabaron sus vidas en aquellas tierras, con las mayores miserias, hambres y guerras, de cuantas se han padecido en las ; no quedando de ellos más memoria que una fama común y confusa de su lamentable tradición, sin que hasta ahora haya habido quien por sus escritos nos dejase alguna noticia de las cosas sucedidas en 82 años, que hace comenzó esta conquista.
De que recibí tan afectuoso sentimiento, como era razón, por aquella obligación que cada uno debe a su misma patria, que luego me dispuse a inquirir los sucesos de más momento que me fue posible, tomando relación de algunos antiguos conquistadores, y personas de crédito, con otras de que fui testigo, hallándome en ellas, en continuación de lo que mis padres y abuelos hicieron en acrecentamiento de la Real Corona. Con que vine a recopilar este libro, tan corto y humilde, cual lo es mi entendimiento y bajo estilo; solo con celo de natural amor, y de que el tiempo no consumiese la memoria de aquellos que con tanta fortaleza fueron merecedores de ella, dejando su propia quietud y patria por conseguir empresas tan dificultosas.
En todo he procurado satisfacer esta deuda con la narración más fidedigna que me fue posible: por lo cual suplico humildemente a todos los que la leyeren, reciban mi buena intención, y suplan con discreción las muchas faltas que en ella se ofrecieren.