entraron por aquel río sobre el río del Paraguay, y Caaguazú; y los indios de río arriba y , entraron por . Estos son los que están poblados en el del , veinte leguas de la , gobernación de Santa Cruz.
Llegadas estas compañías a la falda de la sierra del Perú, cada una de ellas curó de fortificarse en lo más áspero de ellas; y de allí comenzaron a hacer cruda guerra a los naturales comarcanos, con tanta inhumanidad que no dejaban a vida persona ninguna, teniendo por su sustento a los miserables que cautivaban. Con que vinieron a ser tan temidos de todas aquellas naciones, que muchos pueblos se les sujetaron sin ninguna violencia, con que vinieron a tener esclavos que les sirviesen, y muchas mujeres de quienes tuvieron generación: poblándose cada uno en la parte que mejor le pareció de aquellas fronteras, (que son los indios que hay llamamos en el , que, como digo, son procedidos de los ) de donde nunca más salieron, ora por la imposibilidad y gran riesgo del camino, ora por codicia de la tierra que hallaron acomodada a su condición y naturaleza, que es toda fértil, y de grandes y hermosos valles, que participan de más calor que frío, y de caudalosos ríos que salen de la , la cual tienen por vecina.
Asentaron en aquella tierra, haciendo muchas entradas en toda ella, destruyendo todos los llanos, así hacia el Septentrión, como al mediodía, y este, destruyendo más de 100 mil indios. Y puesto que a sus principios en sus fiestas y borracheras los comían, de muchos años a esta parte no lo hacen, más los venden a los españoles que entran del entre ellos, a trueque de rescates que les dan, teniendo por más útil el venderlos por lo que han menester, que el comerlos.
Y es tanta la codicia en que han entrado por el interés, que no hay año ninguno que no salgan a esta guerra por todos aquellos llanos, con gran trabajo y riesgo de las vidas, por hacer presa para el efecto de venderlos. De que hay indios tan ricos, que demás de la ropa y vestidos de paño y seda, tienen muchas vajillas de plata fina, e indios hay que tienen a 500 marcos de vajilla, sin gran número de caballos ensillados y enfrenados y muy buenos jaeces, espadas, y lanzas, y todo género de armas, adquirido todo de sus robos y presas, que en tan perniciosa e injusta guerra hacen, sin habérseles puesto hasta ahora algún freno a tanta crueldad, ni remedio al desorden e insolencia de esta gente. Habiendo cometido muchos delitos, en desacato de