La Argentina Manuscrita

Visto que por aquella vía no podía salir con su intento, y la compostura, honestidad de la mujer, y recato del marido, vino a perder la paciencia con grande indignación y mortal pasión. Por lo que ordenó con los españoles, debajo de amistad, una alevosía y traición, pareciéndole que por este medio sucedería el negocio de manera, que la pobre señora viniese a su poder. Para cuyo efecto persuadió al otro cacique su hermano, que no les convenía dar la obediencia al español tan de repente, porque con estar en sus tierras, eran tan señores y resolutos en sus cosas, que en pocos días les supeditarían todo, como las muestras lo decían. Y si con tiempo no se prevenía este inconveniente, después cuando quisiesen no lo podrían hacer, con que quedarían sujetos a perpetua servidumbre. Para cuyo efecto su parecer era, que el español fuese destruido y muerto, y asolado el fuerte, no perdonando la ocasión cuando el tiempo la ofreciese.

A lo cual el hermano respondió: que ¿cómo era posible tratar él cosa semejante contra los españoles, habiendo profesado siempre su amistad, y siendo tan aficionado a Lucía? Que él de su parte no tenía intento ninguno de hacerlo, porque, a más de no haber recibido del español ningún agravio, antes todo buen tratamiento y amistad, no hallaba causa para tomar las armas contra él. -A lo cual el replicó con indignación, que así convenía se hiciese por el bien común, y porque era gusto suyo, a que como buen hermano debía condescender. De tal suerte supo persuadir al hermano, que vino a condescender con él, dejando el negocio tratado entre sí para tiempo más oportuno.

El cual no mucho después se lo ofreció la fortuna conforme a su deseo, y fue: que habiendo necesidad de comida en el fuerte, despachó el capitán 40 soldados en un bergantín, en compañía del capitán , para que fuesen por aquellas islas a buscar comida, llevando por orden, se volviesen con toda brevedad con todo lo que pudiesen recoger. Salido pues el bergantín, tuvo el por buena esta ocasión, y también por haber salido con los demás , marido de Lucía. Y así luego se juntaron por orden de sus caciques más de cuatro mil indios, los cuales se pusieron de emboscada en un sauzal, que estaba media legua del fuerte a la orilla del río, para con más facilidad conseguir su intento, y fuese más fácil la entrada en la fortaleza.

Salió el con 30 mancebos muy robustos cargados de comida, pescado, carne, miel, manteca y maíz; con lo cual se fue al fuerte, donde con muestras de amistad lo repartió, dando la mayor

Mantenido por hdlabconicet

La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0