La Argentina Manuscrita

tiempo de su partida, dejó el un poder en secreto al capitán , para que en su nombre gobernase la provincia; y aunque este era del bando contrario, le movió a ello el que hubiese entre ellos algunas disensiones, con que se abrasase el monte con su misma leña.

Y así luego que partió convocó a todos los que se llamaban leales, para en virtud del poder, tomar en sí la jurisdicción real, y habiendo juntado en su casa más de 100 soldados, les descubrió su intento; lo que sabido por algunos capitanes y oficiales reales, ocurrieron a , para que lo remediase, haciéndole muchos requerimientos y protestas de los daños que de lo contrario se siguiesen con esta novedad, tan del servicio de Dios y del Rey; y que a él, como Justicia Mayor, le tocaba el remediarlo. Por lo que mandó juntar la gente necesaria, y fue a las casas de ; y le requirió primeramente no perturbarse la paz de la república, poniéndole por delante el juramento que hizo en su elección de obedecerle en nombre de Su Majestad. El cual no quiso desistir de su intento, llevado de ambición, y por dar gusto a los ya convocados para el efecto; respondiendo, que no podía ni debía hacer otra cosa que usar del poder que el le había dejado, y tomar su voz en nombre de Su Majestad. Con lo cual el se determinó a romper con él. Y así mandó asestar a sus casas cuatro piezas de artillería, y las comenzó a batir; y derribando un lienzo, entraron por él sin ninguna resistencia. A cuyo tiempo los más de los que le acompañaban le desampararon y salieron fuera: y así fue preso, junto con , , y otros: los cuales todos fueron puestos a buen recaudo. Y luego tomando los autos y testimonio de lo sucedido, mandó el embarcar en un bergantín al capitán , a cargo del capitán , para que le llevase en demanda de la carabela, y alcanzándola fuese junto con el a España.

Saliendo para el efecto, se dio tan buena diligencia que dieron alcance a la carabela: donde llegando, dijo con voz alta: "Señor , ¿habrá lugar ahí para un preso?". A lo cual respondió: sí voto a Dios, para llevarle a él y a otros veinte. Con esto se embarcaron, y prosiguieron su viaje hasta el paraje de , donde , y el capitán del navío, con los demás que allí iban, acordaron de volverse a la a poner en su libertad al , y restituirle su gobierno y oficio, tomando de él ante todas cosas juramento y homenaje, que por las cosas pasadas de su prisión no les sería hecho daño, ni perjuicio alguno

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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0