garon con los 2 berg(en)tin (bergantines), que sentían la muerte de los Cristianos. Así, pues, acordamos entre los dos bandos y tuvimos á bien no quedarnos más tiempo allí en Corporis Chriesti, en los Tyembus, sino que nos fuimos todos juntos aguas abajo y llegamos á Bonas Ayers, donde estaba nuestro capitán Marthin Doménigo Eyolla (Irala); con esto se alarmó mucho y fué grande su pesar por la gente que se perdió; porque no atinaba á saber qué sería de él [ni lo que haría con nosotros], porque ya no teníamos víveres.
CAPÍTULO XXIX
LLEGA LA CARABELA DE SANTA CATALINA Y VIAJE DEL AUTOR Á ENCONTRAR Á CABRERA
Pero unos 5 días después de nuestro arribo á Bonas Ayers nos llegó de Hispanien una pequeña nao, llamada carabelle (carabela) y nos trajo buenas nuevas, á saber, que un navío más había arribado á Sannta Katarina, cuyo capitán, del mismo, llamado Aluiso Gabrero (Alonso Cabre-