cir que debían volverse á su tierra, cada cual á su mujer y á sus hijos, y que debían estar sujetos á los Cristianos y volverles á servir, como lo habían hecho antes de eso; pero que si ellos no querían á todos los arrojaría de la tierra. A lo que contestó el caudillo Caríos, el Thaberé (Tabaré), que le anunciasen al capitán de los Cristianos que no querían saber nada con los Cristianos y que se atreviese no más á venir que ellos nos habían de dar la muerte con huesos; también castigaron á nuestros dos Indios malamente con palos y les dijeron que se mandasen mudar presto del real de ellos, porque de nó los habían de matar.
Ahora pues estos dos mansseschere (mensajeros) se presentaron á nuestro capitán y le dieron el manssache (mensaje), de cómo les había ido, con esto nuestro capitán Marthín Domenigo Eyolla (Irala) se alzó, y nosotros con él, y marchamos contra nuestro enemigo Thabere y los Caríos, en seguida nos formamos y repartimos la gente en 4 divisiones.
Así llegamos nosotros á un agua corriente, que en su lengua India se llama Schueschíeu (Xexuy) es tan ancha como el Danubio aquí en este país (Baviera), y como hasta la cintura de un hombre de

