comer, porque la langosta les había devorado el fruto. Allí no quedamos más que hasta el otro día y marchamos de allí 4 días de viaje, 20 millas (leguas) hasta una nación llamada de los Kharchkonos entre ellos también había habido langosta, mas no había hecho tanto daño como en otros lugares; [así] permanecimos nosotros sólo un día entre ellos y tomamos razón de la tierra, y nos dijeron ellos, que en 30 millas (leguas) no hallaríamos una gota de agua hasta dar con una nación llamada de los Sieberis.
Así tomamos nosotros 2 Indios, que nos mostrasen el camino y llegamos en 6 días á los Syeberís. Pero muchos de los nuestros murieron de sed, y eso que llevábamos agua con nosotros sacada de los dichos Karckonos para el viaje. También encontramos nosotros en este viaje, y en algunos lugares, una planta que sale de la tierra, tiene hojas gruesas y anchas, llámase Kardes; y eso que cuando le llueve á la planta ó á sus hojas, se conserva el agua en ellas y no puede salir, y ni consumirse, tal y como si estuviese en una tinaja, y cabe casi una media medida de agua adentro en estas plantas. Así llegamos nosotros á las 2 de la mañana á los dichos Syeberís, que se preparaban á huir de allí con mujeres é hijos; mas nuestro capitán les hizo anunciar por boca de un