tomar puerto en su territorio, donde pareciéndole muy bien, puso muchas cruces, como quien tomaba posesión en los arenales, que en aquella tierra son muy grandes; y teniendo comunicación con los naturales, le recibieron con buen acogimiento, admirándose de ver gente tan nueva y extraña. Y al cabo de pocos días sobreviniéndole una tormenta, por no haber acertado a tomar puerto conveniente, salió derrotado al ancho mar, y a España con la relación de su jornada, llevando de camino mucho brasil, y otras cosas de aquella costa de que fue cargado.
El año de 1519 , por orden de Su Majestad, salió a descubrir el , que de su nombre se dice de Magallanes, para entrar en el en busca de las Islas Malucas: ofreciéndose este eminente piloto, de nación portugués, a descubrir diferente camino del que los portugueses habían hallado, que fuese más breve y fácil; y armando cinco navíos a costa de Su Majestad, metió en ellos 200 soldados de mucho valor, y partió de San Lúcar en 20 días del mes de septiembre. Y llegando a Cabo Verde, atravesó con buen viaje el , entre el Poniente y Sur, donde estuvieron muchos días, comiendo él y sus soldados cañas de azúcar y unos animales como vacas, que llaman antas, aunque no tienen cuernos.
De aquí partió el siguiente año, último de marzo, para el mediodía, y llegó a una bahía que está en 40 grados, haciendo allí su invernada. Y reconocido el Río de la Plata, fueron costeando lo que dista para el estrecho hasta 50 grados, donde saltando siete arcabuceros a tierra, hallaron unos de monstruosa magnitud, y trayendo consigo tres de ellos, los llevaron a las naos, de donde se les huyeron los dos. Y metiendo el uno en la capitana, fue bien tratado de , asentando con él algunas cosas, aunque con rostro triste: tuvo temor de verse en un espejo. Y por ver las fuerzas que tenía, le hicieron que tomase a cuestas una pipa de agua, el cual se la llevó como si fuera una botija perulera. Y queriendo huirse, cargaron de él ocho o diez soldados, y tuvieron bien que hacer para atarlo; de lo cual se disgustó tanto que no quiso comer, y de puro coraje murió. Tenía de altura trece pies, y algunos dicen quince.
De aquí pasó adelante a tomar el estrecho, haciendo aquella navegación tan peregrina en que perdió la vida en las Malucas, quedando en su lugar , natural de Guetaria, el cual anduvo, según todos dicen 14.000 leguas en la nao Victoria: de donde se le dio un globo por armas, en que tenía puestos los pies, con una letra que decía: primus circumdedisti me; y no pudiéndole