La Argentina Manuscrita

y lo entregó a muchos mancebos, los cuales, atado de pies y manos, lo amarraron a un algarrobo, y fue flechado de aquella bárbara gente, hasta que acabó su vida arpado todo el cuerpo, y puestos los ojos en el cielo, suplicaba a Nuestro Señor le perdonase sus pecados, de cuya misericordia, es de creer, están gozando de su santa gloria marido y mujer. Todo lo cual sucedió en el año de 1532.

Capítulo VIII

De lo que sucedió a la gente del bergantín

Vuelto que fue el y sus cuarenta soldados, que con él salieron en el bergantín a buscar comida por aquel río, entraron en la fortaleza con el llanto y sentimiento que se puede imaginar, viéndolo todo asolado, y los cuerpos de sus hermanos y compañeros hechos pedazos; derramando muchas lágrimas les dieron sepultura lo mejor que pudieron. Y no sabiendo la determinación que pudieran tomar, entraron en consejo sobre ello, y resolvieron de irse al , costa a costa, en el mismo bergantín; pues no podían hacer otra cosa, aunque quisiesen ir a Castilla, porque el navío estaba rajado de las obras muertas, para poder navegar con él por aquel río, a remo y vela.

Puesta en efecto su determinación, se hicieron a la vela bajando por las , y entrando por el , atravesaron el golfo del , tomando la , y de allí a , yendo a desembocar por junto a la , saliendo al mar ancho. Y costeando al nordeste, llegaron a la , y pasando de a la barra del , llegaron a la Cananea, y corriendo la costa tomaron un brazo y bahía de mar que allí hace, llamado , veinte y cuatro leguas de San Vicente, donde surgieron y tomaron tierra, por ser de agradable vista sus salidas.

Allí determinaron hacer asiento, para lo cual trabaron amistad con los naturales de aquella costa, y con los portugueses circunvecinos con quienes tenían correspondencia. Hechas, pues, sus casas y sementeras, vivieron dos años en buena conformidad, hasta que un hidalgo portugués, llamado el , se les vino a meter con toda su casa, hijos y criados, despechado y quejoso de los de su propia nación: el cual había sido por el a aquella costa, en la que había padecido innumerables trabajos. Por

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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0