Ruiz de la Cerda, el capitán Agustín de Campos, de Almodóvar; capitán Luján, don Juan Ponce de León, de Osuna; el capitán Juan Romero, y Francisco Hernández de Córdoba, , y don , de Salamanca; , capitán Figueroa, Alonso Suárez de Ayala, y Juan de Vera, de Jerez de la frontera, , genovés, cuatralbo de las galeras del príncipe ; el capitán , natural de , Luis Pérez de Ahumada, hermano de ; sin otros muchos caballeros que venían en dicha armada por alférez, sargentos, y otros muchos hidalgos de cuenta. La cual partida de las Canarias, continuando su viaje, pasó la línea equinoccial, de donde con una gran tormenta se dividió la armada.
Don tomó hacia el Mediodía para la boca del Río de la Plata (según se presume, de malicia), y navegando toda la demás armada para la costa del , tomó puerto en el Río Janeiro, y en otros de aquella costa, obligados de la necesidad de hacer esta arribada, del agua y bastimentos. Estando en dicho puerto, sucedió un día, que andando el maestre de campo paseándose con el factor don por la playa, llegó a él , alguacil mayor, y le dijo (yendo en su compañía el capitán , y Diego de Salazar y ): "Usted sea preso, señor ". El maestre de campo, se retiró empuñándose a la espada; y entonces le replicó el alguacil mayor, diciendo: "téngase usted, que el señor gobernador manda que vaya preso"; a lo que respondió : "hágase lo que su Señoría manda, que yo estoy presto a obedecerle".
Con esto, todos se fueron hacia la tienda del Gobernador, la cual estaba en la playa, y en aquella sazón, cercada toda de gente de guarda; y adelantándose el alguacil mayor, fue a dar aviso al Gobernador (que estaba almorzando), diciéndole: "ya, señor, está preso, ¿qué manda Vuestra Señoría que se haga?". Él respondió, dando de mano: "hagan lo que han de hacer"; y volviendo a donde venía el maestre de campo, de improviso le dieron de puñaladas, que cayó muerto, sin poder confesar. Luego pusieron el cuerpo sobre un repostero, a vista de todo el campo, con un rótulo: -por traidor y alevoso-. A esta sazón el Adelantado dijo: "este hombre tiene su merecido, que su soberbia y arrogancia le han traído a este estado".
Todos los presentes sintieron en el alma la muerte de tan principal y honrado caballero, quedando tristes y desconsolados, particularmente sus deudos y amigos. Súpose que algunos envidiosos le malsinaron