La Argentina Manuscrita

Capítulo XVI

De lo que sucedió después de la muerte de acerca del gobierno de estas provincias

En tanto que las cosas sobredichas pasaban el río arriba, no cesaba de ir adelante la cruel hambre de los del puerto de Buenos Aires, que llegó a tal extremo que moría mucha gente. Por lo que muchos se huyeron al en algunos bateles que para el efecto tomaron, para haber de pasar aquel golfo y tomar tierra en aquella costa, en la cual murieron algunos a manos de indios de ella, y otros de hambre y cansancio, y tal vez hubo hombre que mató a su compañero para sustentarse, al cual yo conocí y se llamaba Vaytos.

Visto por los capitanes que quedaron en el puerto la gran ruina, tomaron acuerdo de sacar parte de aquella gente, y llevarla río arriba, adonde estaba , y asimismo para saber nuevas del teniente general y su compañía; para lo cual salió luego con el veedor , y tesorero , y otros caballeros, dejando en Buenos Aires por cabo de la gente que allí quedaba, al capitán ; y así con los navíos necesarios se fueron el río arriba con diversos sucesos. Llegados al , hallaron allí a , que había ya bajado con sus navíos como queda referido, el cual informó de la muerte, de con sentimiento bastante, pero ninguno de los capitanes quiso reconocer a otro por superior. Hasta que el veedor , vista la confusión y competencia de gobierno que entre ellos había, sacó una de Su Majestad, que fue de mucha utilidad en el presente caso, que por parecerme ser necesario para la inteligencia de esta historia, quise poner aquí su tenor, que es el que sigue.", por la divina clemencia, emperador semper Augusto, rey de Alemania y su madre, el mismo , por la misma gracia de Dios, rey de Castilla, de León, etc. Por cuanto vos , nuestro veedor de fundaciones de la provincia del Río de la Plata, vais por nuestro capitán en cierta armada a la dicha provincia en socorro de la gente que allá quedó, que proveí en y Domingo de Sornoza, que podría ser que al tiempo que allá llegásedes fuese muerta la persona que dejó por su teniente general don , nuestro gobernador de las dichas provincias, ya difunto; y este, al tiempo de su fallecimiento o antes, no hubiese nombrado Gobernador, o los conquistadores y pobladores no lo hubiesen elegido, vos mandamos que en tal caso, y no en otro alguno

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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0