La Argentina Manuscrita

alguno, hagáis juntar los dichos pobladores, y los que de nuevo fueren con vos, para que, habiendo primeramente jurado de elegir persona cual convenga a nuestro servicio y bien de la tierra, elijan por Gobernador, en nuestro nombre, y Capitán General de aquella provincia, la persona que según Dios y sus conciencias pareciere más suficiente para el dicho encargo; y al que así eligieren todos en conformidad, o la mayor parte de ellos, use y tenga el dicho cargo, al cual por la presente damos poder cumplido para que lo ejecute cuanto nuestra merced y voluntad fuere."

"Y si aquel falleciere, se torne a proveer en otro por la orden susodicha, lo cual vos mandamos que así se haga con toda paz, y sin bullicio ni escándalo alguno; apercibiéndose que de lo contrario nos tenemos por deservidos, y lo haremos castigar con todo rigor. Y mandamos, que en cualquier de los dichos casos que halláredes en la dicha tierra persona nombrada por Gobernador de ella, le obedezcáis y cumpláis sus mandatos, y le deis todo favor y ayuda."

"Y mandamos a los nuestros oficiales de la ciudad de Sevilla, que asienten esta nuestra carta en nuestros libros que ellos tienen, y que den orden como se publique a las personas que lleváredes con vos a la dicha armada."

"Dada en la villa de Valladolid, a 12 días del mes de Setiembre de 1537 años.−Por la , el Dr. Sebastián Beltrán −Licenciado, Juanes de Carvajal− El Dr. Bernal −El Licenciado, Gutiérrez Velásquez."

"Yo, Juan Vázquez de Molina, secretario de su Cesárea y Católica Majestad, la fize escribir por su mandado, con acuerdo de los de su Consejo."

Vista y leída la dicha , convocados todos los Capitanes y Oficiales reales de Su Majestad, la examinaron juntamente, confiriendo los títulos, conducta y comisiones que tenían de sus oficios, y en cuya virtud los usaban y administraban. Por manera que, considerado el que tenía ser el más bastante, y el que Su Majestad en su corroboraba, por razón del que en su vida y muerte dejó para el gobierno de los conquistadores de la provincia, todos unánimes y conformes le reconocieron por su Capitán General, dándole la superioridad de ella en el real nombre, hasta tanto que Su Majestad otra cosa proveyese, y mandase. Lo cual pasó el año 1538.

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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0