La Argentina Manuscrita

el territorio de la dicha ciudad de la , cincuenta leguas hacia el Norte, y otras tantas para el Este y Mediodía, hasta el ; porque los de abajo y Occidente y otros comarcanos por ser de naciones diferentes, muy bárbaras e indomables, no se podían empadronar, y repartir por entonces. Para cuya causa, y haber tantos conquistadores y gente principal a quien repartir, era poca cantidad de indios la que estaba empadronada, y como el Gobernador era tan generoso y magnánimo, deseoso de hacer bien a todos, determinó repartir aquellos que habla, lo mejor que pudiese; hasta tanto que con otras poblaciones que se hiciesen, se remediase. Y así hizo el repartimiento de estos indios en 400 encomenderos, no con poca compasión que de ellos tenía, por haberles costado tan grandes y excesivos trabajos y miserias, como él les había visto pasar en aquella tierra; y ver cuan tenue era aquella repartición para recompensar tantos méritos: y la incomodidad de los naturales, que por ser tan pocos habían de ser muy trabajados: porque hubo muchas encomiendas de a 30 y 40 indios. Hecha la repartición, hizo ciertas ordenanzas muy convenientes al bien de los indios y encomenderos de la provincia y su buen gobierno y estado, que hoy día se guardan, por estar aprobadas por Su Majestad. Hizo así mismo regidores, alcaldes ordinarios y de la hermandad, que fueron, y el capitán ; nombró por alguacil mayor de la provincia a , y por subteniente general al capitán ; con cuyas elecciones, y ordenanzas se hallaba la república, en esta sazón, con gran prosperidad: y con el regimiento y buen gobierno, ninguno excedía del límite que debía; procediendo cada cual a su oficio y arte y demás cosas necesarias, que en todo había particular cuidado. Tenían señalados dos maestros de niños, a cuyas escuelas acudían más de dos mil personas, donde eran enseñadas con muy buena doctrina, que era para alabar a Nuestro Señor: y esto en tanto grado, que el nuevo prelado dijo muchas veces en el púlpito, que estimaba y tenía en tanto aquel obispado, como el más calificado de Castilla. Y puestas las cosas de la república y exterior en tan buen estado, se dio a las que convenían a lo espiritual, con tanto fervor y caridad del pastor y de sus ovejas, que parecía estar todos conjuntos y aunados, en una voluntad y benevolencia. Y fecho lo que convenía, el Gobernador y toda la república estaban con la conformidad y gobierno conveniente; así acerca de los españoles y encomenderos, como de los naturales indios de la provincia, como en adelante diremos.


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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0