Capítulo II
Cómo el Gobernador envió al capitán a despachar la nao que vino de Castilla al puerto de
Pocos días después de la llegada de con el Obispo, don , llegó del con el duplicado del pliego de Su Majestad, para el Gobernador, en que venían otras cédulas y provisiones reales, en conformidad de las nuevas ordenanzas que Su Majestad hizo en Barcelona para el buen gobierno de las ; con algunas bulas apostólicas, e indulgencias concedidas a las iglesias y cofradías de aquella ciudad, en especial a la iglesia de Santa Lucía, a quien fueron concedidas grandes y plenarias indulgencias, de que recreció a todos los fieles suma devoción y consuelo. Y habiendo de dar cuenta a Su Majestad del estado de la tierra en la nao que quedó en la boca del , en la isla de , se despachó al capitán con los pliegos y despachos que se enviaron al real consejo; y para que bajo de sus órdenes fuesen los pasajeros que habían de ir a Castilla, y traer todo lo que en la nao había quedado de armas y municiones de Su Majestad, que enviaba para el sustentó y conquista de está Provincia. Y así salió de esta ciudad en un bergantín, con una compañía de soldados, donde así mismo iba el capitán para Castilla, por orden del Rey, y don Diego Barúa, del orden de San Juan, por llamamiento de su Gran Maestre: para lo cual, y lo demás que acerca de la real hacienda se había de traer, se le dio por el Gobernador y oficiales reales a , la comisión y despacho conveniente; en virtud de la cual, habiendo llegado donde estaba la nao proveída de lo necesario, embarcó la gente y pasajeros y la despachó. También se embarcó en este navío Jaime Resquin de quien ya hemos hecho mención; el cual llegado a Castilla fue proveído por Gobernador de esta provincia: y por ciertos sucesos que en el mar tuvo, no llegó con su armada a ella, siendo una de las mejores Y más gruesas que habían salido para esta conquista. Despachada, como tengo dicho, la nao y pasajeros, volvió el capitán en su bergantín el río arriba, trayendo en su compañía las personas que habían venido de Castilla, y quedaron en la nao: entre los cuales venía el capitán Gonzalo de Acosta con dos hijas suyas, que la una de ellas casó con el contador . Llegó a la este hidalgo portugués, que había ido por capitán en la carabela en que fue preso , y por orden de Su Majestad volvió por piloto mayor de