El capitán se puso a punto de guerra, y conociendo el peligro en que estaba por la estrechura del río, y la dificultad de no poder salir de él sin gran riesgo, habló a sus soldados, esforzándolos animosamente. Cuando en este punto dijo el marinero que estaba en vigía: "Un hombre de a caballo veo, que ya corriendo tras unos indios". Dijéronle que mirase lo que decía; luego respondió, "otro veo que le va siguiendo"; y prosiguiendo, dijo: "tres, cuatro, cinco, seis de a caballo"; los cuales, según parecía, andaban escaramuceando con los indios que venían a esta junta a dar en los nuestros; y siendo asaltados repentinamente de los de tierra, comenzaron a huir, y dando la voz de como había españoles de aquella parte que los herían y mataban. Luego en un instante se deshizo toda aquella multitud, de tal manera, que por huir más a prisa dejaban por los campos arcos y flechas, con lo que vinieron los nuestros a quedar libres. El capitán escribió luego una carta con un indio ladino a aquellos caballeros; los cuales, en aquel mismo tiempo, día del bienaventurado San Jerónimo, habían poblado la ciudad de , y salieron a correr o aquella tierra. Tiene esta comarca y jurisdicción mucha cantidad de indios, y pueblos, que por no estar reducidos no se pudo entonces saber la cantidad; y así en diferentes tiempos se fueron encomendando al los pobladores. Está situada en 32 grados, poco más o menos, Este-Oeste con la ciudad de Santa Fe; distante la una de la otra 60 leguas: fueron ambas pobladas en un mismo año y día, que fue el del Señor San Jerónimo, según llevo dicho: donde, después de haber hecho un fuerte de adobes con sus cubos y torreones, en que recogió toda la gente, determinó el Gobernador salir a recorrer toda la provincia, como lo efectuó. Y tomando lengua, fue discurriendo por aquellos llanos a reconocer el , donde se toparon ambos capitanes, como se ha referido en el capítulo pasado. Y vuelto a su nueva ciudad, despachó a Nuflo de Aguilar con 30 soldados a requerir le entregase la jurisdicción que tenía de aquellas tierras, por estar en el distrito de su gobierno y conquista. Y dándoles el aviso de lo demás que convenía, partieron para la ciudad de Santa Fe, donde llegados hicieron sus requerimientos y protestas a y a su Cabildo, en que pasaron muchas demandas y respuestas. Y respondiendo a todo , dijo, en ninguna manera haría tal, porque aquella población había sido hecha por él, en nombre de Su Majestad y de la persona que tenía la superior gobernación de aquella provincia, y a su costa y mención, y a la de los demás pobladores que allí tenía en su compañía; en la cual no había sido intruso, porque los antiguos conquistadores de aquella provincia habían sido los primeros