cuando menos, cuyo valor asciende a 300.000 o sean 33.500 libras esterlinas, comprados como lo fueron por los holandeses a siete u ocho reales cada uno, esto es, menos de una corona inglesa, y vueltos a vender en Europa por veinticinco chelines ingleses al menos. Cuando expresé mi asombro a la vista de tan infinito número de cabezas de ganado, me contaron la estratagema de que se valen a veces, cuando temen el desembarco de algún enemigo, y que es cosa de maravillarse mucho; consiste en lo siguiente: arrean tal rebaño de toros, vacas, caballos y otros animales hasta la playa, que resulta completamente imposible a cierto número de hombres, aunque no tengan miedo de la furia de dichos animales, abrirse paso a través de tan inmensa tropa de bestias. Los primeros habitantes de esta plaza pusieron cada uno su marca sobre los animales que pudieron atrapar y los metieron dentro de sus cercados, pero se multiplicaron tan pronto que se vieron obligados a soltarlos, y ahora van y los matan a medida que los necesitan o tienen ocasión de vender cueros en una cantidad notable. En la actualidad sólo marcan aquellos caballos y mulas que atrapan para domar y amaestrar, para servirse de ellos. Algunas personas hacen un gran negocio enviándolos al
Relación de un viaje al Río de la Plata
y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América