que se traen desde allí, particularmente esa yerba de la cual ya hablé, sin la cual no pueden pasarse en esas provincias. El suelo es aquí tan bueno y tan fértil como en Buenos Aires, y no teniendo la población nada notable que difiera de lo que observé en Buenos Aires, la dejo y continúo con mi viaje.Se cuentan ciento cuarenta leguas de Buenos Aires hasta y como algunas partes del camino están deshabitadas en largos trechos, me proveí antes de la partida de todo aquello que me informaron que me sería necesario. Así partí, llevando por guía a un , con tres caballos y tres mulas, unos para llevar el equipaje y el resto para cambiar en el camino, cuando se cansara el que montaba.
Desde Buenos Aires hasta el y aun más lejos, hasta el s