Relación de un viaje al Río de la Plata

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América

para ir a pasar un tiempo en , en San Miguel de Tucumán (que es la ciudad capital de la provincia), en Salta y en Jujuy. En cada una de estas villas hay un Teniente, que tiene bajo sus órdenes a un Alcalde y a algunos Oficiales para la administración de justicia. El Obispo de Tucumán del mismo modo reside en Córdoba, donde la Catedral es la única iglesia parroquial de toda la ciudad; pero hay diversos conventos de monjes, a saber de dominicos, recoletos, y de los de la orden de la Merced, y uno de monjas. Los jesuitas tienen allí un colegio y su capilla es la más hermosa y más rica de todas.

Los habitantes tienen riquezas en oro y plata, que adquieren por el comercio que tienen con las mulas, de las cuales proveen al y otras regiones, comercio que es tan considerable que venden alrededor de 28 o 30.000 animales por año, los cuales crían en sus estancias. Generalmente los tienen hasta que llegan más o menos a los dos años y entonces los ponen en venta y reciben alrededor de seis patacones por cada una de ellas. Los traficantes que vienen a comprarlas las llevan a , a Salta y a Jujuy, donde las dejan durante tres años, hasta que se han desarrollado bien y hecho fuertes y,

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