pueblo, así que no hay modo de salir de él sino enmascarado. Esta zona también es muy productiva de trigo, cebada, viñas y otros árboles frutales; y abundaría en ganado si los tigres no lo devoraran.
Desde Esteco a Salta hay quince leguas, y esta extensión sería igual a la que he descrito hasta ahora, pero es pedregosa en algunos lugares. Se puede distinguir fácilmente a a unas dos leguas antes de llegar a ella, porque se encuentra en medio de una hermosa llanura, fértil en maíz, uvas y otras clases de frutas, ganado y otras cosas necesarias para la vida; está rodeada por algunas partes de cerros y algunas montañas bastante altas. El pueblo está a la orilla de un pequeño río, sobre el cual hay un puente; contendrá unas cuatrocientas casas y cinco o seis iglesias y conventos, cuya construcción es semejante a la de los que he descrito antes. No está rodeada con murallas, ni fortificaciones, ni fosos, pero las guerras que los habitantes han tenido con sus vecinos los han adiestrado en la disciplina militar, haciéndolos más cuidadosos que anteriormente en la atención de sus armas. Son alrededor de quinientos hombres,