Relación de un viaje al Río de la Plata

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América

o cuatrocientas mil coronas. El pueblo bajo vive muy a sus anchas, pero son todos orgullosos y altivos y van siempre muy elegantes, ya sea en tisú de oro y plata, o de escarlata, o de seda con abundantes encajes de oro y plata. El menaje de sus casas es muy rico, porque generalmente son servidos en vajilla de plata. Las esposas tanto de los caballeros como de los ciudadanos están muy encerradas, hasta un grado mucho mayor que en España: jamás salen, salvo para ir a misa, o para hacer alguna visita o a algún festejo público, y esto sólo raras veces. Las mujeres son excesivamente aficionadas a tomar coca: ésta es una planta que viene del lado del Cuzco, la cual, enrollada y seca, mastican como hacen algunos con el tabaco. Están tan excitadas, y a veces tan absolutamente embriagadas con ella, que carecen de todo dominio sobre ellas mismas. Asimismo es usada con frecuencia por los hombres y tiene sobre ellos los mismos efectos. De otro modo son muy sobrios en la comida y en la bebida, aunque están bien provistos con toda clase de vituallas, tales como carne vacuna y de carnero, aves, carne de venado, frutas frescas y desecadas, maíz y vino, las cuales

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  • 2024 Relación de un viaje al Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0