Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Al gu nos de los su yos se es ca pa ron

de a quel o Tim bús do fue la gue rra

al o de San Sal va dor des pués ba ja ron

don de la de más gen te es ta ba en tie rra

A nues tra dul ce Es pa ña se tor na ron

hu yen do de es ta gen te in fiel y pe rra

Mas no po ne te mor es ta des tro za

a don Pe dro Gua dix y de Men do za

Don Pe dro de Gua dix co mo di re mos

des pués de ha ber de Ro ma mal ve ni do

cuan do hu bo di sen sión en los su pre mos

el go bier no ar gen ti no hu bo pe di do

Em pe ro al gún tan to a ho ra des can se mos

que no le de ja re mos por ol vi do

pues su ham bre ra bio sa y gran de rui na

a yu da a la men tar a la Ar gen ti na

De nues tro o ar gen ti no y su gran de za

tra tar quie ro en el can to ve ni de ro

de sus is las y bos ques y be lle za

e lo go ha muy ver da de ro

Nin gu no en lo le er ten ga pe re za

que es pe ro dar en él pla cer en te ro

de co sas a pa ci bles y gra cio sas

y dig nas de te ner se por cu rio sas

Algunos de los suyos se escaparon

de aquel río Timbús do fue la guerra,

al río de San Salvador después bajaron,

donde la demás gente estaba en tierra.

A nuestra dulce España se tornaron,

huyendo de esta gente infiel y perra.

Mas no pone temor esta destroza

a don Pedro Guadix y de Mendoza.

Don Pedro de Guadix, como diremos,

después de haber de Roma malvenido,

cuando hubo disensión en los supremos,

el gobierno argentino hubo pedido.

Empero algún tanto ahora descansemos,

que no le dejaremos por olvido,

pues su hambre rabiosa y grande ruina

ayuda a lamentar a la Argentina.

De nuestro río argentino y su grandeza

tratar quiero en el canto venidero,

de sus islas y bosques y belleza

epílogo haré muy verdadero.

Ninguno en lo leer tenga pereza,

que espero dar en él placer entero

de cosas apacibles y graciosas

y dignas de tenerse por curiosas.

Algunos de los suyos se escaparon

De aquel río dó fué la guerra,

Al rio San Salvador despues bajaron,

Donde la demas gente estaba en tierra.

A nuestra dulce España se tornaron,

Huyendo de esta gente infiel y perra.

Mas no pone temor esta destroza

A D. .

D. , como diremos,

Despues de haber de Roma malvenido,

Cuando hubo disencion en los supremos,

El gobierno Argentino hubo pedido.

Empero algun tanto ahora descansemos,

Que no le dejaremos por olvido,

Pues su hambre rabiosa y grande ruina

Ayuda a lamentar a la Argentina.

De nuestro rio Argentino y su grandeza

Tratar quiero en el canto venidero,

De sus islas, y bosques y belleza,

Epilogo haré muy verdadero.

Ninguno en lo léer tenga pereza,

Que espero dar en él placer entero,

De cosas apacibles y graciosas,

Y dignas de tenerse por curiosas.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0