Las ví bo ras que son más pon zo ño sas
cas ca bel en la co la tie nen pues to
de di ver sas co lo res son vis to sas
sal tan do de la tie rra y de su pues to
a rre me ten al hom bre muy fu rio sas
has ta mor der con ra bia el ros tro y ges to
A do las hay crió Dios u na yer ba
que es di cha por su nom bre con tra yer ba
El hom bre o a ni mal a quien le hie re
al gu nas de es tas ví bo ras mal va das
en un dí a na tu ral sin fal ta mue re
y en él son me di ci nas ex cu sa das
Em pe ro si la yer ba el tal be bie re
an tes que do ce ho ras se an pa sa das
es ca pa A ques ta yer ba Dios le ha da do
el mis mo cas ca bel muy a pro pia do
A quién no ad mi ra rán las co sas ta les
Pues más he de de cir en es te can to
que con ta ré en él co sas de si gua les
muy ra ras pe re gri nas y de es pan to
A go ra de la tie rra y na tu ra les
de la A sump ción di ga mos tan to cuan to
y lue go es cri bi re mos mil co si llas
que bien po dré lla mar las ma ra vi llas
Las víboras que son más ponzoñosas,
cascabel en la cola tienen puesto,
de diversas colores son vistosas,
saltando de la tierra, y de su puesto,
arremeten al hombre muy furiosas
hasta morder con rabia el rostro y gesto.
A do las hay crió Dios una yerba
que es dicha por su nombre contrayerba.
El hombre o animal a quien le hiere
algunas de estas víboras malvadas,
en un día natural, sin falta, muere,
y en él son medicinas excusadas.
Empero si la yerba el tal bebiere,
antes que doce horas sean pasadas,
escapa. Aquesta yerba Dios le ha dado
el mismo cascabel muy apropiado.
¡A quién no admirarán las cosas tales!
Pues más he de decir en este canto,
que contaré en él cosas desiguales,
muy raras, peregrinas y de espanto.
Agora de la tierra y naturales
de la Asumpción digamos tanto cuanto,
y luego escribiremos mil cosillas
que bien podré llamarlas maravillas.
Las víboras que son mas ponzoñosas,
Cascabel en la cola tienen puesto,
De diversas colores son vistosas,
Saltando de la tierra, y de su puesto,
Arremeten al hombre muy furiosas.
Hasta morder con rabia el rostro y gesto.
A dó las hay crio Dios una yerba,
Que es dicha por su nombre contrayerba.
El hombre o animal a quien le hiere
Algunas de estas víboras malvadas,
En un dia natural, sin falta, muere,
Y en él son medicinas escusadas.
Empero si la yerba el tal bebiere,
Antes que doce horas sean pasadas,
Escapa. Aquesta yerba Dios le ha dado,
El mismo cascabel muy apropiado.
¡A quien no admiraran las cosas tales!
Pues mas he de decir en este canto:
Que contare en él cosas desiguales,
Muy raras, peregrinas y de espanto.
Agora de la tierra y naturales
De la Asumpcion digamos tanto cuanto;
Y luego escribiremos mil cosillas,
Que bien podre llamarlas maravillas.