La sier pe con la co la re vol vien do
al buen Ca pi tán die ra muy ai ra da
un gol pe tan te rri ble que ca yen do
ve ní a el Ca pi tán y con la es pa da
en el sue lo se tu vo y a cu dien do
con u na ven tu ro sa cu chi lla da
tal gol pe de re vés da con des tre za
que a hí la sier pe que da sin ca be za
La del ti gre no fue tan gran de ha za ña
aun que e ra muy te rri ble y es pan to so
ma to lo an tes que fue se a nues tra Es pa ña
a ques te Ca pi tán tan va le ro so
Y ha bien do i do vol vió co sa ex tra ña
que sien do tan va lien te y po de ro so
mu rió po bre de jan do mu chos hi jos
con plei tos y de man das y li ti jos
Por ar mas le dio el Rey el ti gre fie ro
con Lam ba ré la sie rra que he con ta do
y un há bi to y se ñal de ca ba lle ro
con que a las In dias vuel ve muy hon ra do
Mas co mo nun ca dio en te ner di ne ro
mu rió sin de jar so lo ni un cor na do
que a ques to de te ner la pla ta a so bra
yo ten go fir me men te que Dios o bra
La sierpe con la cola revolviendo
al buen Capitán diera muy airada
un golpe tan terrible, que cayendo
venía el Capitán, y con la espada
en el suelo se tuvo, y acudiendo
con una venturosa cuchillada,
tal golpe de revés da con destreza,
que ahí la sierpe queda sin cabeza.
La del tigre no fue tan grande hazaña,
aunque era muy terrible y espantoso;
matolo antes que fuese a nuestra España
aqueste Capitán tan valeroso.
Y habiendo ido, volvió, cosa extraña,
que siendo tan valiente y poderoso,
murió pobre, dejando muchos hijos,
con pleitos y demandas y litijos.
Por armas le dio el Rey el tigre fiero
con Lambaré, la sierra que he contado,
y un hábito y señal de caballero,
con que a las Indias vuelve muy honrado.
Mas como nunca dio en tener dinero,
murió sin dejar solo ni un cornado,
que aquesto de tener la plata a sobra,
yo tengo firmemente que Dios obra.
La sierpe con la cola revolviendo,
Al buen Capitan diera muy airada
Un golpe tan terrible, que cayendo
Venia el Capitan, y con la espada,
En el suelo se tuvo, y acudiendo
Con una venturosa cuchillada,
Tal golpe de reves da con destreza,
Que ahi la sierpe queda sin cabeza.
La del tigre no fué tan grande hazaña,
Aunque era muy terrible y espantoso:
Matolo antes que fuese a nuestra
Aqueste Capitán tan valeroso.
Y habiendo ido, volvio, cosa estraña,
Que siendo tan valiente y poderoso,
Murio pobre, dejando muchos hijos,
Con pleitos y demandas y litijos.
Por armas le dió el Rey el tigre fiero
Con , la sierra que he contado,
Y un habito y señal de caballero,
Con que a las Indias vuelve muy honrado.
Mas como nunca dio en tener dinero,
Murió sin dejar solo ni un cornado:
Que aquesto de tener la plata a sobra,
Yo tengo firmemente que Dios obra.