Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

O tra la gu na gran de más cre ci da

de más ad mi ra ción que a qués ta ve mos

que es la tie rra a den tro al go me ti da

los in dios del A cai en sus ex tre mos

ha bi tan y e llos di cen que fun di da

an ti gua men te fue gen te y cre e mos

nos di cen es el dia blo a tor men tan do

a que llos que pe ca ron en ne fan do

Gran gri to y a la ri do y gran es truen do

a llá den tro pa re ce que re sue na

cuan do se a lle ga jun to es tre me cien do

el cuer po que da to do con gran pe na

Al gu nos de te mor vuel ven hu yen do

pa jas se les an to ja y el a re na

que son dia blos que vie nen en pos de e llos

y vuel ven e ri za dos los ca be llos

Y no le jos de a quí por pro pios o jos

el car bun clo a ni mal ve ces he vis to

Nin gu no me lo juz gue por an to jos

que por ca zar al gu no an du ve lis to

Mil pe nas pa de y mil e no jos

en se gui mien to de él mas cuán bien quis to

y ri co y ven tu ro so se ha lla ra

a quel que A uag pi tán vi vo ca za ra

Otra laguna grande más crecida

de más admiración que aquésta vemos,

que está la tierra adentro algo metida;

los indios del Acai en sus extremos

habitan, y ellos dicen que fundida

antiguamente fue gente, y creemos,

nos dicen, está el diablo atormentando

aquellos que pecaron en nefando.

Gran grito y alarido y gran estruendo

allá dentro parece que resuena

cuando se allega junto, estremeciendo

el cuerpo queda todo con gran pena.

Algunos de temor vuelven huyendo;

pajas, se les antoja, y el arena

que son diablos que vienen en pos de ellos,

y vuelven erizados los cabellos.

Y no lejos de aquí, por propios ojos,

el carbunclo animal veces he visto.

Ninguno me lo juzgue por antojos,

que por cazar alguno anduve listo.

Mil penas padecí, y mil enojos,

en seguimiento de él, ¡mas cuán bien quisto

y rico y venturoso se hallara

aquel que Auagpitán vivo cazara!

Otra laguna grande mas crecida,

De mas admiracion que aquesta vemos,

Que esta la tierra adentro algo metida;

Los indios del Acay en sus extremos

Habitan, y ellos dicen que fundida

Antiguamente fué gente, y creemos,

Nos dicen, esta el diablo atormentando

Aquellos que pecaron en nefando.

Gran grita y alarido y gran estruendo

Allá dentro parece que resuena;

Cuando se allega junto, estremeciendo

El cuerpo queda todo con gran pena.

Algunos de temor vuelven huyendo;

Pajas, se les antoja, y el arena

Que son diablos que vienen en pos de ellos,

Y vuelven erizados los cabellos.

Y no lejos de aquí, por propios ojos,

El Carbunclo animal veces he visto:

Ninguno me lo juzgue por antojos,

Que por cazar alguno anduve listo.

Mil penas padecí, y mil enojos

En seguimiento de el; ¡Mas cuan bien quisto,

Y rico y venturoso se hallara

Aquel que Anagpitan vivo cazára!

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0