Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Un a ni ma le jo es al go pe que ño

con es pe jo en la fren te re lu cien te

co mo la bra sa ig ni ta en re cio le ño

co rre y sal ta ve loz y di li gen te

A co mo le hi rie ren e cha el ce ño

y en túr bia se el es pe jo de re pen te

pues pa ra que el car bun clo de al go pres te

en vi da el es pe jue lo sa can de és te

Cuán tris te se ha lló y cuán pe no so

Rui az Mel ga re jo Que ha lla do

ha a a mí me di jo de u no her mo so

per dio lo por ha bér se le vol ca do

u na ca no a en que i ba muy go zo so

Yo le vi la men tar su suer te y ha do

di cien do si el car bun clo no per die ra

con él al Gran Phi li po yo sir vie ra

An dan do por la gue rra y es cua dro nes

de mí fue ron mil co sas co no ci das

Tra ta de u na for ma de ra to nes

y de vis ta ha bla y no de o í das

U nas ca ñas he vis to y ca ñu to nes

tan grue sos co mo pier nas muy cre ci das

ca tor ce y quin ce tie ne po cos me nos

ca da ca ña y de a gua to dos lle nos

Un animalejo es, algo pequeño,

con espejo en la frente reluciente

como la brasa ignita en recio leño,

corre y salta veloz y diligente.

Así como le hirieren echa el ceño

y entúrbiase el espejo de repente,

pues para que el carbunclo de algo preste

en vida el espejuelo sacan de éste.

¡Cuán triste se halló, y cuán penoso

Rui Díaz Melgarejo! Que hallado

había, a mí me dijo, de uno hermoso;

perdiolo por habérsele volcado

una canoa en que iba muy gozoso.

Yo le vi lamentar su suerte y hado

diciendo: "si el carbunclo no perdiera,

con él al Gran Philipo yo sirviera".

Andando por la guerra y escuadrones,

de mí fueron mil cosas conocidas.

Trataré de una forma de ratones,

y de vista hablaré y no de oídas.

Unas cañas he visto, y cañutones

tan gruesos como piernas muy crecidas;

catorce y quince tiene pocos menos

cada caña, y de agua todos llenos.

Un animalejo es, algo pequeño,

Con espejo en la frente reluciente,

Como la brasa ignita en recio leño.

Corre y salta veloz y diligente:

Asi como le hirieren echa el ceño,

Y entúrbiase el espejo de repente:

Pues para que el Carbunclo de algo preste

En vida el espejuelo sacan de este.

¡Cuan triste se hallo, y cuan penoso

! que hallado

Habia, a mi me dijo, de uno hermoso;

Perdiólo por habérsele volcado

Una canoa en que iba muy gozoso.

Yo le ví lamentar su suerte y hado,

Diciendo si el carbunclo no perdiera,

Con él al yo sirviera.

Andando por la guerra, y escuadrones,

De mi fueron mil cosas conocidas.

Trataré de una forma de ratones,

Y de vista hablaré y no de oidas.

Unas cañas he visto, y cañutones

Tran gruesos como piernas muy crecidas;

Catorce y quince tiene pocos menos

Cada caña, y de agua todos llenos.

Volver al Índice

Mantenido por hdlabconicet

2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0