Es Ma es tre de Cam po un ca ba lle ro
Juan O so rio que es hom bre muy va lien te
tam bién va Juan de O yo las el gue rre ro
Me dra no Sa la zar Lu ján pru den te
O tros mu chos que van de cir no quie ro
que ca da cual bien pue de ser re gen te
mas O so rio en tre to dos se se ña la
y en to do lle va a to dos pal ma y ga la
A Nep tu no y sus on das car ni ce ras
se en tre gan in vo can do a San tia go
Las na ves van co rrien do muy li ge ras
rom pien do con gran fu ria el an cho la go
Oh lás ti ma y an gus tias las ti me ras
ho rren do y gran te mor oh cru do tra go
Que tan bra va tor men ta se le van ta
que el más fuer te y bi za rro más se es pan ta
Don Pe dro con buen ce lo y pe cho pí o
en Dios pon ga mos di ce la es pe ran za
y pues es pa ra más su po de rí o
Él nos da rá muy bre ve mar bo nan za
Los pi lo tos con gran de des va rí o
di cen que la tor men ta va en pu jan za
el tris te ma ri ne ro con gran pe na
no a cier ta al a pa re jo ni a la an te na
Es Maestre de Campo un caballero
Juan Osorio, que es hombre muy valiente,
también va Juan de Oyolas el guerrero,
Medrano, Salazar, Luján prudente.
Otros muchos que van decir no quiero,
que cada cual bien puede ser regente;
mas Osorio entre todos se señala,
y en todo lleva a todos palma y gala.
A Neptuno y sus ondas carniceras
se entregan invocando a Santiago.
Las naves van corriendo muy ligeras,
rompiendo con gran furia el ancho lago.
¡Oh lástima y angustias lastimeras,
horrendo y gran temor, oh crudo trago!
Que tan brava tormenta se levanta
que el más fuerte y bizarro más se espanta.
Don Pedro con buen celo y pecho pío,
"en Dios pongamos", dice, "la esperanza,
y pues es para más su poderío,
Él nos dará muy breve mar bonanza".
Los pilotos, con grande desvarío,
dicen que la tormenta va en pujanza,
el triste marinero con gran pena
no acierta al aparejo ni a la antena.
Es Maestre de Campo un caballero
, que es hombre muy valiente,
Tambien va el guerrero,
, , Lujan prudente.
Otros muchos que van decir no quiero,
Que cada cual bien puede ser regente:
Mas entre todos se señala,
Y en todo lleva a todos palma y gala.
A Neptuno y sus ondas carniceras,
Se entregan invocando a .
Las naves van corriendo muy lijeras,
Rompiendo con gran furia el ancho lago.
¡O lastima, y angustias lastimeras,
Horrendo, y gran temor, ó crudo trago!
Que tan brava tormenta se levanta,
Que el mas fuerte y bizarro mas se espanta.
D. Pedro con buen celo y pecho pio,
En Dios pongamos, dice, la esperanza,
Y pues es para mas su poderío,
El nos dara muy breve mar bonanza,
Los pilotos con grande desvario,
Dicen que la tormenta va en pujanza,
El triste marinero con gran pena,
No acierta al aparejo ni a la antena.