Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

No quie ro re fe rir ex tra ñas co sas

cau sa das de es ta pe rra y vil ti ra na

que bien pu die ra yo muy do lo ro sas

U na mu jer ha a lla ma da A na

en tre o tras da mas be llas y her mo sas

to pa ga del cuer po u na ma ña na

for za da de la ham bre y e cha i gua la

al pre ten sor en a en ho ra ma la

E ra el ga lán pre ten so un ma ri ne ro

el pre cio u na ca be za de pes ca do

a cu de a la po sa da muy li ge ro

y vien do que la da ma le ha bur la do

al ca pi tán Ruiz buen jus ti cie ro

de la da ma se ha a que re lla do

el cual juz ga que cum pla el pro me ti do

o vuel va lo que tie ne re ci bi do

Mal di to se as juez si no qui sie ras

mi rar a nues tro Dios om ni po ten te

y de es to a buen juz gar te con mo vie ras

y a qui tar el pe ca do sub se cuen te

por e vi tar la muer te lo hi cie ras

Que cla ro es que el cas to y con ti nen te

me jor pa sa la ham bre que el vi cio so

y da do al vi cio y ac to lu ju rio so

No quiero referir extrañas cosas

causadas de esta perra y vil tirana,

que bien pudiera yo muy dolorosas.

Una mujer había, llamada Ana,

entre otras damas bellas y hermosas;

tomó paga del cuerpo una mañana,

forzada de la hambre, y echa iguala,

al pretensor envía en hora mala.

Era el galán pretenso un marinero,

el precio una cabeza de pescado;

acude a la posada muy ligero,

y viendo que la dama le ha burlado,

al capitán Ruiz, buen justiciero,

de la dama se había querellado,

el cual juzga que cumpla el prometido,

o vuelva lo que tiene recibido.

Maldito seas, juez, si no quisieras

mirar a nuestro Dios omnipotente,

y de esto a buen juzgar te conmovieras,

y a quitar el pecado subsecuente

por evitar la muerte, lo hicieras.

Que claro está que el casto y continente

mejor pasa la hambre que el vicioso

y dado al vicio y acto lujurioso.

No quiero referir estrañas cosas

Causadas de esta perra y vil tirana,

Que bien pudiera yo muy dolorosas.

Una muger habia, llamada ,

Entre otras damas bellas y hermosas;

Tomo paga del cuerpo una mañana,

Forzada de la hambre, y hecha iguala,

Al pretensor envia en hora mala.

Era el galan pretenso un marinero,

El precio una cabeza de pescado;

Acude a la posada muy ligero,

Y viendo que la Dama le ha burlado,

Al , buen justiciero,

De la dama se habia querellado;

El cual juzga que cumpla el prometido,

O vuelva lo que tiene recibido.

Maldito seas, juez, si no quisieras

Mirar a nuestro Dios omnipotente,

Y de esto a buen juzgar te conmovieras,

Y a quitar el pecado subsecuente

Por evitar la muerte, lo hicieras.

Que claro esta que el casto y continente

Mejor pasa la hambre que el vicioso,

Y dado al vicio y acto lujurioso.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0