Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En al to es un al tar de fi na pla ta

con cua tro lam pa ri llas a los la dos

en cen di das y al gu na no se ma ta

que es tán cua tro mi nis tros di pu ta dos

Un sol ber me jo más que u na es car la ta

a llí es con sus ra yos se ña la dos

es de o ro fi no el sol a llí a do ra do

mas hay de quien él se a de se cha do

A ques te gran Se ñor de es ta ri que za

el gran Mo jo se di ce y es sa bi do

muy cier to su va lor y su no ble za

su ser y se ño o en ri que ci do

de sus va sa llos fuer zas y des tre za

por nues tro mal ha be mos co no ci do

que po cos tiem pos ha que en cor tas tre chas

pro ba mos la fie re za de sus fle chas

A qué no fuer zas ham bre de tes ta da

del o ro que los á ni mos per di dos

tras ti lle vas con an sia tan ne fan da

que cie ga las po ten cias y sen ti dos

Con to do des que ven que la muer te an da

de prie sa con te mor los do lo ri dos

que ha an em pren di do es te via je

se vuel ven pa ra a trás de es te pa ra je

En alto está un altar de fina plata

con cuatro lamparillas a los lados

encendidas, y alguna no se mata,

que están cuatro ministros diputados.

Un sol bermejo más que una escarlata

allí está con sus rayos señalados,

es de oro fino el sol allí adorado,

¿mas hay de quien él sea desechado?

Aqueste gran Señor de esta riqueza

el gran Mojo se dice, y es sabido

muy cierto su valor y su nobleza;

su ser y señorío enriquecido

de sus vasallos, fuerzas y destreza,

por nuestro mal habemos conocido,

que pocos tiempos ha que en cortas trechas

probamos la fiereza de sus flechas.

¡A qué no fuerzas, hambre detestada

del oro, que los ánimos perdidos

tras ti llevas con ansia tan nefanda

que ciega las potencias y sentidos!

Con todo desque ven que la muerte anda

de priesa, con temor los doloridos

que habían emprendido este viaje,

se vuelven para atrás de este paraje.

En alto está un altar de fina plata,

Con cuatro lamparillas a los lados

Encendidas, y alguna no se mata,

Que estan cuatro ministros diputados.

Un sol bermejo mas que una escarlata,

Allí está con sus rayos señalados:

Es de oro fino el sol allí adorado,

¿Mas hay de quien él sea deshechado?

Aqueste gran Señor de esta riqueza

El gran se dice, y es sabido

Muy cierto su valor y su nobleza:

Su ser, y señorío enriquecido

De sus vasallos, fuerzas, y destreza,

Por nuestro mal habemos conocido:

Que pocos tiempos ha que en cortas trechas,

Probamos la fiereza de sus flechas.

¡A que no fuerzas, hambre detestada

Del oro, que los ánimos perdidos

Tras tí llevas con ansia tan nefanda,

Que ciega las potencias y sentidos!

Con todo désque ven que la muerte anda

De priesa, con temor los doloridos,

Que habian emprendido este viaje,

Se vuelven para atras de este parage.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0