I ra la sa le en es to con ar ma da
y el rí o a rri ba yen do bien se a le ja
y por que la ciu dad se a go ber na da
a don Fran cis co de Men do za de ja
Laz ca no muy mal va do de ce la da
con á ni mo en dia bla do se le que ja
di cien do no con vie ne que tu vie se
por un ti ra no el man do y de sis tie se
Y que él con los le a les tra ta rí a
que en nom bre del gran Car los se e li gie se
y a ques to fá cil men te lo ha rí a
sin que per so na al gu na lo im pi die se
Tra to lo de tal suer te que ha cí a
que el tris te don Fran cis co le cre ye se
con es te en ga ño y fal so com pe li do
Men do za de su man do ha de sis ti do
Al pun to que de sis te lue go vie ne
la gen te de le a les de los so tos
y el A bre go le al no se de tie ne
que es pe ra de te ner a quí más vo tos
el Laz ca no mal va do pues no tie ne
los fi los del in ten to ma los vo tos
que con pres te za a mu chos so bor nan do
al A bre go pro cu ra den el man do
Irala sale en esto con armada,
y el río arriba yendo bien se aleja;
y porque la ciudad sea gobernada,
a don Francisco de Mendoza deja.
Lazcano, muy malvado de celada,
con ánimo endiablado se le queja,
diciendo no conviene que tuviese
por un tirano el mando y desistiese.
Y que él con los leales trataría
que en nombre del gran Carlos se eligiese,
y aquesto fácilmente lo haría
sin que persona alguna lo impidiese.
Tratolo de tal suerte, que hacía
que el triste don Francisco le creyese;
con este engaño y falso compelido,
Mendoza de su mando ha desistido.
Al punto que desiste luego viene
la gente de leales de los sotos,
y el Abrego leal no se detiene,
que espera de tener aquí más votos;
el Lazcano malvado, pues no tiene
los filos del intento, malos votos,
que con presteza a muchos sobornando,
al Abrego procura den el mando.
sale en esto con armada,
Y el rio arriba yendo bien se aleja;
Y porque la ciudad sea gobernada,
A deja.
Lazcano muy malvado de celada,
Con ánimo endiablado se le queja,
Diciendo no conviene que tuviese
Por un tirano el mando, y desistiese.
Y que él con los leales trataría,
Que en nombre del se eligiese,
Y aquesto facilmente lo haría,
Sin que persona alguna lo impidiese.
Tratólo de tal suerte, que hacia
Que el triste le creyese:
Con este engaño y falso compellido,
de su mando ha desistido.
Al punto que desiste luego viene
La gente de leales de los sotos,
Y el leal no se detiene,
Que espera de tener aquí mas votos:
El Lazcano malvado pues no tiene
Los filos del intento, malos votos,
Que con presteza a muchos sobornando,
Al procura dén el mando.