Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Lle gan do a la ciu dad al fin I ra la

con gran de re go ci jo es re ci bi do

de Men do za la muer te le de sa la

el co ra zón y en tra ñas le ha rom pi do

Tras A bre go con prie sa el mon te ta la

y a Es ca so a ques ta cau sa ha co me ti do

mas no le fue en el ti ro de su ma no

que un ti ro que ti no sa le va no

Al A bre go a pren der I ra la en a

por que él con los le a les re ti ra do

an da ba por los bos ques a por a

del re me dio de Es pa ña con fia do

El Es ca so que su po dó dor a

u na no che le ha lla des cui da do

y al blan co pe cho a pun ta y fue tan cier to

que el co ra zón le par te y de ja muer to

Mu chos de los le a les des ma ya ron

por ver se sin ca be za y per se gui dos

y al gu nos al I ra la se pa sa ron

y fue ron con a mor dél re ci bi dos

Los o tros que más tiem po por fia ron

vi nie ron con do lor muy a fli gi dos

que el nom bre de le al e ra ne fan do

y en tris ca le nom bra ban y bur lan do

Llegando a la ciudad al fin Irala,

con grande regocijo es recibido;

de Mendoza la muerte le desala

el corazón, y entrañas le ha rompido.

Tras Abrego con priesa el monte tala,

y a Escaso aquesta causa ha cometido,

mas no le fue en el tiro de su mano,

que un tiro que tiró no sale vano.

Al Abrego a prender Irala envía,

porque él con los leales retirado

andaba por los bosques a porfía,

del remedio de España confiado.

El Escaso, que supo dó dormía,

una noche le halla descuidado,

y al blanco pecho apunta, y fue tan cierto

que el corazón le parte, y deja muerto.

Muchos de los leales desmayaron

por verse sin cabeza y perseguidos,

y algunos al Irala se pasaron

y fueron con amor dél recibidos.

Los otros, que más tiempo porfiaron,

vinieron con dolor muy afligidos,

que el nombre de leal era nefando

y en trisca le nombraban, y burlando.

Llegando a la ciudad al fin ,

Con grande regocijo es recibido;

De la muerte le desala

El corazon, y entrañas le ha rompido.

Tras con priesa el monte tala,

Y a Escaso aquesta causa ha cometido:

Mas no le fué en el tiro de su mano,

Que un tiro que tiró no sale vano.

Al a prender envia,

Porque él con los leales retirado

Andaba por los bosques a porfia,

Del remedio de España confiado.

El Escaso, que supo dó dormia,

Una noche le halla descuidado,

Y al blanco pecho apunta, y fué tan cierto,

Que el corazon le parte, y deja muerto.

Muchos de los leales desmayaron,

Por verse sin cabeza y perseguidos,

Y algunos al se pasaron,

Y fueron con amor dél recibidos.

Los otros, que mas tiempo porfiaron,

Vinieron con dolor muy afligidos:

Que el nombre de leal era nefando,

Y en trisca le nombraban, y burlando.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0