Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El san to del O bis po son rien do

con un blan do sem blan te res pon a

a lo que I ra la i ba re par tien do

que ya su con di ción bien co no a

bien a la pro pia su ya re sis tien do

por que de I ra la mu cho se te a

pro cu ra de su frir pues se ve so lo

t to dos con tra él con frau de y do lo

En es to de Cas ti lla Dios e ter no

cuán gran de es y cuán al ta tu sa pien cia

al I ra la le en an el go bier no

mas so bre vie ne lue go u na do len cia

y no pu do du rar lo un in vier no

que el que con frau de ob tu vo la po ten cia

los vein ti cua tro a ños con tal da ño

no du ra con de re cho lo un a ño

Des pués de I ra la muer to se jun ta ron

en u na i gle sia to dos y e li gie ron

de do ce ca ba lle ros que nom bra ron

los cua tro cu yos nom bres es cri bie ron

por o pues tos a qués tos se ña la ron

los ve ci nos sus vo tos a quí die ron

Sa lió Fran cis co Or tiz el de Ver ga ra

que con hi ja de I ra la se ca sa ra

El santo del Obispo sonriendo

con un blando semblante respondía

a lo que Irala iba repartiendo,

que ya su condición bien conocía,

bien a la propia suya resistiendo,

porque de Irala mucho se temía,

procura de sufrir, pues se ve solo,

t todos contra él con fraude y dolo.

En esto de Castilla, ¡Dios eterno,

cuán grande es y cuán alta tu sapiencia!,

al Irala le envían el gobierno;

mas sobreviene luego una dolencia,

y no pudo durar sólo un invierno,

que el que con fraude obtuvo la potencia

los veinticuatro años con tal daño,

no dura con derecho sólo un año.

Después de Irala muerto, se juntaron

en una iglesia todos, y eligieron,

de doce caballeros que nombraron,

los cuatro, cuyos nombres escribieron;

por opuestos aquéstos señalaron,

los vecinos sus votos aquí dieron.

Salió Francisco Ortiz, el de Vergara,

que con hija de Irala se casara.

Desde Castilla al Río de la Plata,

Cuarenta dias solos se gastaban,

Y no echaba el piloto en ello cata,

Y el rio los navios embocaban.

El , llegando, desbarata

De dos navios las obras que sobraban,

Hermosos bergantines quedan hechos,

Y en breve a la Asumpcion fueron derechos.

No quiero aquí tratar el gran contento

Que toda la ciudad ha recibido,

Ni menos la tristeza y el lamento

Del malo, que se vé ya sometido.

Y aunque esto de pasada yo lo cuento,

Muy bien fué en el suceso conocido,

Pues cualquiera rehusa ser mandado;

Que el buey suelto se lame por el prado.

como vé que está con miedo

El triste del , y que la féria

Por él corre, contento, alegre y ledo,

Mudando muy en breve la materia,

Le dice, mi Señor, en cuanto puedo

Trabajo, que salgamos de lacéria,

Buscando si hay riquezas en la tierra,

Mas tengo gran trabajo con la guerra.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0