Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Su her ma no que es Rui az ha bi ta ba

en Guay ra en es te tiem po re ti ra do

de I ra la que con él mal se lle va ba

a llí po blan do se ha for ti fi ca do

y de a llí con su gen te con quis ta ba

los in dios y en la tie rra a po de ra do

pro cu ra a tra ve sar a San Vi cen te

con á ni mo cre ci do y po ca gen te

La cos ta del Bra sil es tem blan do

sa bien do de Rui az la ve ni da

que pien san que se vie ne a po de ran do

de to do lo que ha lla de co rri da

pues sa ben mo ha an da do con quis tan do

y que tie ne la tie rra a ren di da

y no sa be qué quie re Mel ga re jo

mas ved en qué ha pa ra do su con se jo

A lle ga a San Vi cen te do Cu pi do

de sem bra za cruel su fle cha di ra

y ce le que dar pre so y ren di do

al ros tro an ge li cal de do ña El vi ra

Quien in dios y es pa ño les ha ven ci do

ven ci do y muer to que da por que mi ra

Y pien sas tú Cu pi do no lo fue ras

mi ran do a do ña El vi ra de Con tre ras

Su hermano, que es Rui Díaz, habitaba

en Guayra en este tiempo, retirado

de Irala, que con él mal se llevaba;

allí poblando se ha fortificado,

y de allí con su gente conquistaba

los indios, y en la tierra apoderado

procura atravesar a San Vicente,

con ánimo crecido y poca gente.

La costa del Brasil está temblando

sabiendo de Rui Díaz la venida,

que piensan que se viene apoderando

de todo lo que halla de corrida,

pues saben cómo ha andado conquistando,

y que tiene la tierra así rendida;

y no sabe qué quiere Melgarejo,

mas ved en qué ha parado su consejo.

Allega a San Vicente, do Cupido

desembraza cruel su flecha dira,

y hácele quedar preso y rendido

al rostro angelical de doña Elvira.

Quien indios y españoles ha vencido,

vencido y muerto queda porque mira.

¡Y piensas tú, Cupido, no lo fueras

mirando a doña Elvira de Contreras!

El santo del sonriendo,

Con un blando semblante respondia

A lo que iba repartiendo,

Que ya su condicion bien conocia:

Bien a la propia suya resistiendo,

Porque de mucho se temia,

Procura de sufrir, pues se vé solo,

Y todos contra él con fraude y dolo.

En esto de Castilla, ¡Dios eterno,

Cuan grande es, y cuan alta tu sapiencia!

Al le envian el gobierno;

Mas sobreviene luego una dolencia,

Y no pudo durar solo un invierno:

Que el que con fraude obtuvo la potencia

Los veinticuatro años con tal daño,

No dura con derecho solo un año.

Despues de muerto, se juntaron

En una iglesia todos, y eligieron,

De doce caballeros que nombraron,

Los cuatro, cuyos nombres escribíeron:

Por opuestos aquestos señalaron,

Los vecinos sus votos aquí dieron.

Salió , el de ,

Que con hija de se casára.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0