Con es te de sas tra do des ba ra te
y des di cha do fin y mal su ce so
a Cas ti lla se vie ne el de Zá ra te
sin sa car de su pla ta un so lo pe so
No te me que el Fran cés le des ba ra te
que el po bre del la drón ja más es le so
mas an tes ca mi nan do a su al be drí o
de lan te del la drón can ta va cí o
Lle ga do a Es pa ña el Rey le ha con fir ma do
lo que Cas tro le dio y por más pa go
a Zá ra te ve réis ya se ña la do
en los pe chos con cruz de San tia go
Ha bien do mu cha gen te con gre ga do
se en tre gan al fe roz y hon do la go
Di ra se en su lu gar de a ques ta ar ma da
vol va mos a la his to ria co men za da
Al Cá ce res y O bis po re vol vien do
lle gan a San ta Cruz que de la Sie rra
se lla ma do dis cor dia des co gien do
sus ve las ha cau sa do tan ta gue rra
en tre los dos que el o dio ya cre cien do
los hue sos u no al o tro de sen tie rra
y más que u nas ber ce ras en can ti llo
se tra tan que es ver güen za de es cri bi llo
Con este desastrado desbarate
y desdichado fin y mal suceso,
a Castilla se viene el de Zárate,
sin sacar de su plata un solo peso.
No teme que el Francés le desbarate,
que el pobre del ladrón jamás es leso;
mas antes caminando a su albedrío,
delante del ladrón canta vacío.
Llegado a España, el Rey le ha confirmado
lo que Castro le dio, y por más pago
a Zárate veréis ya señalado
en los pechos con cruz de Santiago.
Habiendo mucha gente congregado,
se entregan al feroz y hondo lago.
Dirase en su lugar de aquesta armada,
volvamos a la historia comenzada.
Al Cáceres y Obispo revolviendo,
llegan a Santa Cruz, que de la Sierra
se llama, do discordia, descogiendo
sus velas, ha causado tanta guerra
entre los dos, que el odio ya creciendo
los huesos uno al otro desentierra,
y más que unas berceras en cantillo
se tratan, que es vergüenza de escribillo.
Con este desastrado desbarate,
Y desdichado fin y mal suceso,
A Castilla se viene el de
Sin sacar de su plata un solo peso.
No teme que el Francés le desbarate:
Qué el pobre del ladron jamas es leso;
Mas antes caminando a su albedrio,
Delante del ladron canta vacio.
Llegado a España, el Rey le ha confirmado
Lo que
A vereis ya señalado
En los pechos con cruz de Santiago.
Habiendo mucha gente congregado,
Se entregan al feroz y hondo lago.
Diráse en su lugar de aquesta armada,
Volvamos a la história comenzada.
Al y revolviendo,
Llegan a Santa Cruz, que de la Sierra
Se llama; dó discordia, descogendo
Sus velas, ha causado tanta guerra
Entre los dos, que el odio ya creciendo,
Los huesos uno al otro desentierra,
Y mas que unas berceras en cantillo
Se tratan, que es vergüenza de escribillo.