Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Po bla do es de már ti res el cie lo

que por hon ra de Dios han pa de ci do

de su san gre es lle no to do el sue lo

que in fie les y ti ra nos han ver ti do

To me mos pues con es to gran con sue lo

que Dios da glo ria a a quel que ha me re ci do

Y pues sa be mos que és te es un ti ra no

vol va mos por el nom bre de cris tia no

Con so bra do va lor y pe cho o sa do

o tra da ma ha bló de es ta ma ne ra

De a ques te lu gar san to con sa gra do

na die me ha sa lir de a quí a fue ra

ni con sen tir yo ten go que al Pre la do

a gra vien sin que yo pri me ro mue ra

que a mí que soy su o ve ja su fa ti ga

a con do ler me de e llo bien me o bli ga

A mis pa dres ha blan do de Cas ti lla

y de san tas his to rias ten go o í do

de la sa bia Ju dith si sé de ci lla

que bien veis que en la tie rra soy na ci da

A que lla gran de ha za ña y ma ra vi lla

que hi zo por do nom bre ha me re ci do

tan al to que la I gle sia la pre go na

por de cha do de fuer tes y co ro na

Poblado está de mártires el cielo

que por honra de Dios han padecido;

de su sangre está lleno todo el suelo,

que infieles y tiranos han vertido.

Tomemos pues con esto gran consuelo,

que Dios da gloria a aquel que ha merecido.

Y pues sabemos que éste es un tirano,

volvamos por el nombre de cristiano.

Con sobrado valor y pecho osado,

otra dama habló de esta manera:

De aqueste lugar santo consagrado

nadie me hará salir de aquí afuera,

ni consentir yo tengo que al Prelado

agravien sin que yo primero muera;

que a mí, que soy su oveja, su fatiga,

a condolerme de ello bien me obliga.

A mis padres, hablando de Castilla

y de santas historias, tengo oído

de la sabia Judith, si sé decilla,

que bien veis que en la tierra soy nacida.

Aquella grande hazaña y maravilla

que hizo, por do nombre ha merecido

tan alto, que la Iglesia la pregona

por dechado de fuertes y corona.

Poblado está de martires el cielo

Que por honra de Dios han padecido;

De su sangre esta lleno todo el suelo,

Que infieles y tiranos han vertido:

Tomemos pues con esto gran consuelo,

Que Dios da gloria a aquel que ha merecido.

Y pues sabemos que este es un tirano,

Volvamos por el nombre de cristiano.

Con sobrado valor y pecho osado,

Otra dama hablo de esta manera:

De aqueste lugar santo consagrado,

Nadie me hará salir de aqui afuera;

Ni consentir yo tengo que al

Agravien, sin que yo primero muera:

Que a mí, que soy su oveja, su fatiga,

A condolerme de ella bien me obliga.

A mis padres, hablando de Castilla

Y de santas histórias, tengo oido

De la sábia , si se decilla,

Que bien veis que en la tierra soy nacida;

Aquella grande hazaña y maravilla

Que hizo, por do nombre ha merecido

Tan alto, que la Iglesia la pregona

Por dechado de fuertes y corona.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0