El tris te do lo ro so del Pre la do
a su ca sa se vuel ve no ce san do
de ge mir y llo rar muy con go ja do
por ver su o ve ja ir se con de nan do
A llí le ha ce es tar em pa re da do
con ba rro las ven ta nas le ta pan do
fian zas da el O bis po que es ta rí a
en su ca sa y que de e lla no sal drí a
Mas te nien do no ti cia que que rí an
e char le de la tie rra se ha sa li do
hu yen do a me dia no che y a cu dí an
al gu nos en su bus ca do es con di do
es ta ba y los mos qui tos le co mí an
que en to da a que lla no che no ha dor mi do
A su ca sa le vuel ven do se que da
en tan to que for tu na vuel ve y rue da
El Cá ce res es ta ba tan fu rio so
tan al ti vo so ber bio y en dia bla do
que no tie ne en sí mis mo al gún re po so
ni pue de es tar mo men to re po sa do
Del Pro vi sor es tan do re ce lo so
por ver que e ra sa gaz y re do bla do
a cuer da de em bar car le en un na ví o
y él ba ja se a sí mis mo por el rí o
El triste doloroso del Prelado
a su casa se vuelve, no cesando
de gemir y llorar muy congojado
por ver su oveja irse condenando.
Allí le hace estar emparedado,
con barro las ventanas le tapando;
fianzas da el Obispo que estaría
en su casa, y que de ella no saldría.
Mas teniendo noticia que querían
echarle de la tierra, se ha salido
huyendo a media noche, y acudían
algunos en su busca, do escondido
estaba, y los mosquitos le comían,
que en toda aquella noche no ha dormido.
A su casa le vuelven, do se queda,
en tanto que fortuna vuelve y rueda.
El Cáceres estaba tan furioso,
tan altivo, soberbio y endiablado,
que no tiene en sí mismo algún reposo,
ni puede estar momento reposado.
Del Provisor estando receloso,
por ver que era sagaz y redoblado,
acuerda de embarcarle en un navío,
y él bajase así mismo por el río.
El triste doloroso del
A su casa se vuelve, no cesando
De gemir y llorar muy congojado,
Por ver su oveja irse condenando.
Allí le hace estar emparedado;
Con barro las ventanas le tapando:
Fianzas da el que estaria
En su casa, y que de ella no saldria.
Mas teniendo noticia que querian
Echarle de la tierra, se ha salido
Huyendo a media noche, y acudian
Algunos en su busca, do escondido
Estaba, y los mosquitos le comian,
Que en toda aquella noche no ha dormido.
A su casa le vuelven, dó se queda,
En tanto que fortuna vuelve y rueda.
El estaba tan furioso,
Tan altivo, soberbio y endiablado,
Que no tiene en si mismo algun reposo,
Ni puede estar momento reposado.
Del estando receloso,
Por ver que era sagaz y redoblado,
Acuerda de embarcarle en un navio,
Y él bajase así mismo por el rio.