Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Su pom pa pre sun ción y bi za rrí a

fe ne ce con muy vil a ba ti mien to

que co sa cier ta es que no po a

pa ra siem pre du rar su en sal za mien to

Un ne gro que es te ce res te a

ha bien do vis to a ques te a ca e ci mien to

te ned di jo se ñor la bar ba que da

que el mun do de es ta suer te co rre y rue da

Te nién do le pues pre so y a rre ca do

nom bra do o tro Te nien te en tra en con se jo

y tra tan quien lo lle ve a pri sio na do

a Es pa ña con pres te za y a pa re jo

que va ya lue go fue de ter mi na do

el ca pi tán Rui az Mel ga re jo

que no se huel ga po co de es te he cho

y pien sa sa car de e llo al gún pro ve cho

El O bis po tam bién se de ter mi na

con á ni mo de ver a nues tra Es pa ña

y aun que di cen al gu nos de sa ti na

y que su i da a la tie rra mu cho da ña

em pe ro di cen o tros que lo a ti na

por que el pre so no u se al gu na ma ña

con que se suel te y li bre de ca de na

y cau se al san to O bis po cru da pe na

Su pompa, presunción y bizarría

fenece con muy vil abatimiento,

que cosa cierta es que no podía

para siempre durar su ensalzamiento.

Un negro que este Cáceres tenía,

habiendo visto aqueste acaecimiento,

tened, dijo, señor, la barba queda,

que el mundo de esta suerte corre y rueda.

Teniéndole pues preso y arrecado,

nombrado otro Teniente, entra en consejo

y tratan quien lo lleve aprisionado

a España con presteza y aparejo;

que vaya luego fue determinado

el capitán Rui Díaz Melgarejo,

que no se huelga poco de este hecho

y piensa sacar de ello algún provecho.

El Obispo también se determina

con ánimo de ver a nuestra España,

y aunque dicen algunos desatina,

y que su ida a la tierra mucho daña,

empero dicen otros que lo atina,

porque el preso no use alguna maña

con que se suelte y libre de cadena,

y cause al santo Obispo cruda pena.

Su pompa, presuncion, y bizarria,

Fenece con muy vil abatimiento:

Que cosa cierta es que no podia

Para siempre durar su ensalzamiento.

Un negro que este tenia

Habiendo visto aqueste acaecimiento,

Tened dijo, Señor, la barba queda,

Que el mundo de esta suerte corre y rueda.

Teniéndole pues preso y arecado,

Nombrado otro teniente entra en consejo,

Y tratan quien lo lleve aprisionado

A España con presteza y aparejo;

Que vaya luego fue determinado

El capitan ,

Que no se huelga poco de este hecho,

Y piensa sacar de ello algun provecho.

El tambien se determina

Con animo de ver a nuestra España:

Y aunque dicen algunos desatina,

Y que su ida a la tierra mucho daña,

Empero dicen otros que lo atina,

Porque él preso no use alguna maña,

Con que se suelte y libre de cadena,

Y cause al santo cruda pena.

Volver al Índice

Mantenido por hdlabconicet

2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0