De jan do a ques ta cos ta a iz quier da ma no
des pués de vein te y cin co dí as pa sa dos
de nues tro na ve gar por el O cé a no
de va nas es pe ran zas con fia dos
a la Go me ra un dí a muy tem pra no
lle ga mos los pe li gros ol vi da dos
que pa sa do el pe li gro ol vi da lue go
el mar chan te el vo to pre ce y rue go
A quí es tu vo el ar ma da re po san do
tres dí as no ca ba les que co rrí a
buen vien to que nos i ba con vi dan do
a te ner re go ci jo y a le grí a
del puer to pues a pri sa se le van do
na ve ga a Ca bo Ver de rec ta ví a
Mas el vien to y pi lo tos ye rran tan to
que el go zo se vol vió muy pres to en llan to
An da ban los na ví os sin con cier to
a ran do el im por tu no y lar go la go
ya ca mi nan de re cho ya muy tuer to
al fin to man la is la de San tia go
Es is la muy a le gre con buen puer to
mas yo a mi o bli ga ción no sa tis fa go
si no fuer zo a es cri bir yo a quí mi plu ma
su tem ple y com pos tu ra en bre ve su ma
Dejando aquesta costa a izquierda mano,
después de veinte y cinco días pasados
de nuestro navegar por el Océano,
de vanas esperanzas confiados,
a la Gomera un día muy temprano
llegamos, los peligros olvidados,
que pasado el peligro, olvida luego
el marchante el voto, prece y ruego.
Aquí estuvo el armada reposando
tres días no cabales, que corría
buen viento que nos iba convidando
a tener regocijo y alegría
del puerto, pues, a prisa se levando,
navega a Cabo Verde recta vía.
Mas el viento y pilotos yerran tanto
que el gozo se volvió muy presto en llanto.
Andaban los navíos sin concierto
arando el importuno y largo lago,
ya caminan derecho, ya muy tuerto,
al fin toman la isla de Santiago.
Es isla muy alegre con buen puerto,
mas yo a mi obligación no satisfago
si no fuerzo a escribir yo aquí mi pluma
su temple y compostura en breve suma.
Dejando aquesta costa a izquierda mano,
Despues de veinte y cinco dias pasados
De nuestro navegar por el Oceano,
De vanas esperanzas confiados,
A la Gomera un dia muy temprano
Llegamos, los peligros olvidados:
Que pasado el peligro, olvida luego
El marchante el voto, prece y ruego.
Aqui estuvo el armada reposando
Tres dias no cabales, que corria
Buen viento, que nos iba convidando
A tener regocijo y alegría.
Del puerto, pues, a prisa se levando,
Navega a Cabo Verde recta via:
Mas el viento y pilotos yerran tanto,
Que el gozo se volvió muy presto en llanto.
Andaban los navíos sin concierto,
Arando el importuno y largo lago;
Ya caminan derecho, ya muy tuerto,
Al fin toman la isla de Santiago.
Es isla muy alegre con buen puerto;
Mas yo a mi obligacion no satisfago,
Si no fuerzo a escribir yo aquí mi pluma,
Su temple y compostura en breve suma.