Pu die ran bien de cir los do lo ri dos
es tan do en San Vi cen te re po sa dos
si no so tros no fué ra mos per di dos
por ser de nues tra flo ta ya a par ta dos
o fué ra mos de ham bre con su mi dos
o muer tos de los in dios y a ca ba dos
y cier to pa ra ha ber de gua re cer nos
el me dio más se gu ro fue per der nos
El ar ma da con pe na na ve gan do
a vein te y u no de mar zo u na ma ña na
an tes de a que lla Pas cua en que llo ran do
bus ca ba al buen Je sús de Mar ta her ma na
la tie rra se des cu bre y ve la dan do
en bre ve se lle gó que es tá cer ca na
mas no se to ma puer to que bus ca ban
a don de le to mar y no le ha lla ban
An dan do los pi lo tos va ci lan do
en luen go de la cos ta ca da dí a
sus car tas y ro te ros re mi ran do
por ver dón de el ar ma da sur gi rí a
sus gra dos y sus pun tos co te jan do
an cla ron en a bril ter ce ro dí a
en u na pla ya y puer to sin a bri go
que es di cho por re nom bre Don Ro dri go
Pudieran bien decir los doloridos,
estando en San Vicente reposados,
si nosotros no fuéramos perdidos
por ser de nuestra flota ya apartados,
o fuéramos de hambre consumidos,
o muertos de los indios y acabados;
y cierto para haber de guarecernos
el medio más seguro fue perdernos.
El armada, con pena navegando,
a veinte y uno de marzo una mañana,
antes de aquella Pascua en que llorando
buscaba al buen Jesús de Marta hermana,
la tierra se descubre, y vela dando
en breve se llegó, que está cercana;
mas no se toma puerto, que buscaban
a donde le tomar, y no le hallaban.
Andando los pilotos vacilando
en luengo de la costa, cada día
sus cartas y roteros remirando
por ver dónde el armada surgiría;
sus grados y sus puntos cotejando,
anclaron en abril tercero día
en una playa y puerto sin abrigo,
que es dicho por renombre Don Rodrigo.
Pudieran bien decir los doloridos,
Estando en San Vicente reposados,
Si nosotros no fueramos perdidos,
Por ser de nuestra flota ya apartados,
O fueramos de hambre consumidos,
O muertos de los indios y acabados;
Y cierto para haber de guarecernos
El medio mas seguro fue perdernos.
El armada con pena navegando,
A veinte y uno de Marzo una mañana,
Antes de aquella Pascua, en que llorando
Buscaba al buen Jesus de Marta hermana,
La tierra se descubre, y vela dando,
En breve se llego, que está cercana:
Mas no se toma puerto, que buscaban
A donde le tomar, y no le hallaban.
Andando los pilotos vacilando
En luengo de la costa, cada dia
Sus cartas y roteros remirando,
Por ver donde el armada surgiria:
Sus grados y sus puntos cotejando,
Anclaron en Abril tercero dia
En una playa y puerto sin abrigo,
Que es dicho por renombre .