Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En de man da del o de la Pla ta

se le va de es te puer to que he con ta do

la flo ta mas el sur ya se de sa ta

con un fu ror te rri ble a ce le ra do

y vien do que es te vien to des ba ra ta

y ha ce de san dar lo que es an da do

pro cu ra de to mar puer to la flo ta

con fin de de sis tir de su de rro ta

Y tan to el bra vo vien to los a que ja

que se si guen tras él des con fia dos

de su rec to via je que se de ja

por ser del ven da val tan con tras ta dos

La ca pi ta na un po co más se a le ja

y sur ge con sus na ves a los la dos

si no es el al mi ran ta que a par ta da

sur gió en u na ba a no a bri ga da

Del al mi ran ta a tie rra sa le lue go

al gu na gen te y ha lla las pi sa das

del in dio por do si guen aun que cie go

el ca mi no y las yer bas mal ho lla das

a la se ñal y hu mo de un gran fue go

des cu bren u nas gen tes con gre ga das

de na ción Gua ra que re ci bie ron

a los nues tros muy bien y les sir vie ron

En demanda del Río de la Plata

se leva de este puerto que he contado

la flota; mas el sur ya se desata

con un furor terrible acelerado,

y viendo que este viento desbarata

y hace desandar lo que está andado,

procura de tomar puerto la flota

con fin de desistir de su derrota.

Y tanto el bravo viento los aqueja,

que se siguen tras él desconfiados

de su recto viaje, que se deja,

por ser del vendaval tan contrastados.

La capitana un poco más se aleja,

y surge con sus naves a los lados,

si no es el almiranta, que apartada

surgió en una bahía no abrigada.

Del almiranta a tierra sale luego

alguna gente, y halla las pisadas

del indio, por do siguen, aunque ciego,

el camino, y las yerbas mal holladas,

a la señal y humo de un gran fuego

descubren unas gentes congregadas

de nación Guaraní, que recibieron

a los nuestros muy bien, y les sirvieron.

En demanda del Río de la Plata

Se leva de este puerto que he contado

La flota; mas el sur ya se desata

Con un furor terrible acelerado:

Y viendo que este viento desbarata,

Y hace desandar lo que está andado,

Procura de tomar puerto la flota,

Con fin de desistir de su derrota.

Y tanto el bravo viento los aqueja,

Que se siguen tras él desconfiados

De su recto viage, que se deja,

Por ser del vendabal tan contrastados.

La capitana un poco mas se aleja,

Y surge con sus naves a los lados,

Si no es el almiranta, que apartada

Surgió en una bahía no abrigada.

Del almiranta a tierra sale luego

Alguna gente, y halla las pisadas

Del indio, por dó siguen, aunque ciego

El camino, y las yerbas mal holladas,

A la señal, y humo de un gran fuego

Descubren unas gentes congregadas

De nación , que recibieron

A los nuestros muy bien, y les sirvieron.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0