Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

De a po co se par tió el A de lan ta do

con más de o chen ta hom bres es co gi dos

al puer to de I bia que es po bla do

de jan do a los de más muy de sa bri dos

Con se jo fue cier to es te mal guia do

y a los que que da ron son per di dos

que ni ar mas ni co mi da les que da ba

y la fuer za ya a to dos les fal ta ba

Que da ron en la is la a bue na cuen ta

dos cien tos y cin cuen ta o más sol da dos

ca sa das y don ce llas hay cin cuen ta

su je tas a mi se ria y tris tes ha dos

En ver que Juan Or tiz de a llí se au sen ta

al gu nos de te mor es tán tur ba dos

y su te mor se di cen y pu bli can

que cru da muer te y ham bre pro nos ti can

Que por Ca pi tán a quí nom bra do

un Pa blo San tia go pues ca mi na

al puer to de I bia el A de lan ta do

que es tie rra muy cer ca na y bien ve ci na

y a el pro pio a hu bo lle ga do

sin su ce der de sas tre ni mo na

Los in dios sa len pres to a re ci bi llos

y dan les de co mer a dos ca rri llos

De a poco se partió el Adelantado

con más de ochenta hombres escogidos

al puerto de Ibiacá, que está poblado,

dejando a los demás muy desabridos.

Consejo fue cierto este mal guiado,

y así los que quedaron son perdidos,

que ni armas ni comida les quedaba,

y la fuerza ya a todos les faltaba.

Quedaron en la isla a buena cuenta

doscientos y cincuenta o más soldados,

casadas y doncellas hay cincuenta,

sujetas a miseria y tristes hados.

En ver que Juan Ortiz de allí se ausenta,

algunos de temor están turbados,

y su temor se dicen y publican,

que cruda muerte y hambre pronostican.

Quedó por Capitán aquí nombrado

un Pablo Santiago; pues camina

al puerto de Ibiacá el Adelantado,

que es tierra muy cercana y bien vecina

y así el propio día hubo llegado,

sin suceder desastre ni mohína.

Los indios salen presto a recibillos

y danles de comer a dos carrillos.

De a poco se partió el

Con mas de ochenta hombres escogidos,

Al puerto de Ibiacá que esta poblado,

Dejando a los demas muy desabridos.

Consejo fué cierto este mal guiado;

Y así los que quedaron son perdidos,

Que ni armas, ni comida les quedaba,

Y la fuerza ya a todos les faltaba.

Quedaron en la isla a buena cuenta

Docientos y cincuenta, ó mas soldados,

Casadas y doncellas hay cincuenta,

Sujetas a miseria y tristes hados.

En ver que de alli se ausenta,

Algunos de temor estan turbados,

Y su temor se dicen y publican,

Que cruda muerte y hambre pronostican.

Quedo por capitan aquí nombrado

Un ; pues camina

Al puerto de Ibiaca el ,

Que es tierra muy cercana y bien vecina:

Y así el propio dia hubo llegado,

Sin suceder desastre ni mohina.

Los indios salen presto a recibillos,

Y danles de comer a dos carrillos.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0