Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

De dos quie ro de cir un ca so ex tra ño

que lo el re fe rir lo me da pe na

a quien el a mor hi zo tan to da ño

cuan to sue le a quien pren de en su ca de na

En fa ma de ca sa dos ha a un a ño

que es ta ban y se di ce a bo ca lle na

el ga lán su mu jer de ja e hi jue los

la da ma su ma ri do en hor na chue los

A qués tos a pal mi tos han sa li do

co mo o tros lo ha an ca da a

y la mon ta ña a den tro se han me ti do

a do la os cu ra no che les co a

En es to a nues tro a man te do lo ri do

u na es pan to sa fie bre su ce a

la da ma le con sue la aun que a fli gi da

por ver se en la mon ta ña tan me ti da

No quie ro re fe rir lo que tra ta ron

los tris tes dos a man tes y su llan to

las vo ces y sus pi ros que for ma ron

por que e ra ne ce sa rio en te ro can to

Al fin su tris te no che la pa sa ron

en vuel tos en do lor y cru do plan to

Quién du da que la da ma no di a

en mal pun to to tal com pa ñí a

De dos quiero decir un caso extraño

(que sólo el referirlo me da pena)

a quien el amor hizo tanto daño

cuanto suele a quien prende en su cadena.

En fama de casados había un año

que estaban, y, se dice, a boca llena

el galán su mujer deja e hijuelos,

la dama su marido en hornachuelos.

Aquéstos a palmitos han salido,

como otros lo hacían cada día,

y la montaña adentro se han metido,

a do la oscura noche les cogía.

En esto a nuestro amante dolorido

una espantosa fiebre sucedía,

la dama le consuela, aunque afligida

por verse en la montaña tan metida.

No quiero referir lo que trataron

los tristes dos amantes, y su llanto,

las voces y suspiros que formaron,

porque era necesario entero canto.

Al fin su triste noche la pasaron

envueltos en dolor y crudo planto.

Quién duda que la dama no diría:

¡en mal punto topé tal compañía!

De dos quiero decir un caso extraño,

Que solo el referirlo me dá pena

A quien el amor hizo tanto daño,

Cuanto suele a quien prende en su cadena.

En fama de casados habia un año

Que estaban, y, se dice, a boca llena

El galan su muger deja é hijuelos,

La dama su marido en hornachuelos.

Aquestos a palmitos han salido,

Como otros lo hacian cada dia,

Y la montaña adentro se han metido,

A do la oscura noche les cogia:

En esto a nuestro amante dolorido

Una espantosa fiebre sucedia,

La dama le consuela, aunque afligida,

Por verse en la montaña tan metida.

No quiero referir lo que trataron

Los tristes dos amantes, y su llanto,

Las voces y suspiros que formaron,

Porque era necesario entero canto.

Al fin su triste noche la pasaron,

Envueltos en dolor y crudo planto,

Quien duda que la dama no diría,

¡En mal punto topé tal compañia!

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0