Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

A sí pro pio se o dia y a bo rre ce

que en ver se sin su luz y cla ra es tre lla

a la muer te de ve ras él se o fre ce

que más quie re mo rir que es tar sin e lla

La no che no dur mió y no a ma ne ce

en su bus ca ca mi na por a qué lla

la da ma un po co duer me por que sue le

en e llas a flo jar cuan do más due le

Un pe ce de es pan ta ble com pos tu ra

del mar sa lió rep tan do por el sue lo

su bio se e lla hu yen do en u na al tu ra

con gri tos que po a a llá en el cie lo

El pe ce la si guió la sin ven tu ra

tem blan do es de mie do con gran due lo

el pe ce con sus o jos la mi ra ba

y al pa re cer ge mi dos a rro ja ba

Sa lió en es to el ga lán de la mon ta ña

y el pe ce se me tió en la mar hu yen do

sus o jos el ga lán a rra sa y ba ña

con gri mas y a e lla se vi nien do

le di ce si la vis ta no me en ga ña

ca mi no ten go ya ve nid co rrien do

La da ma le res pon de a pri sa va mos

al pue blo por que más no nos per da mos

A sí propio se odia y aborrece,

que en verse sin su luz y clara estrella

a la muerte de veras él se ofrece,

que más quiere morir que estar sin ella.

La noche no durmió y no amanece,

en su busca camina por aquélla;

la dama un poco duerme, porque suele

en ellas aflojar cuando más duele.

Un pece de espantable compostura

del mar salió reptando por el suelo,

subiose ella huyendo en una altura

con gritos que ponía allá en el cielo.

El pece la siguió, la sin ventura

temblando está de miedo con gran duelo;

el pece con sus ojos la miraba,

y al parecer gemidos arrojaba.

Salió en esto el galán de la montaña

y el pece se metió en la mar huyendo;

sus ojos el galán arrasa y baña

con lágrimas, y a ella se viniendo

le dice: si la vista no me engaña,

camino tengo ya, venid corriendo.

La dama le responde: a prisa vamos

al pueblo, porque más no nos perdamos.

A sí propio se odia y aborrece,

Que en verse sin su luz y clara estrella,

A la muerte de veras él se ofrece,

Que mas quiere morir que estar sin ella.

La noche no durmió y no amanece,

En su busca camina por aquella,

La dama un poco duerme, porque suele

En ellas aflojar cuando mas duele.

Un pece de espantable compostura

Del mar salió reptando por el suelo,

Subióse ella huyendo en una altura

Con gritos que ponia allá en el cielo:

El pece la siguió, la sin ventura

Temblando está de miedo con gran duelo;

El pece con sus ojos la miraba,

Y al parecer gemidos arrojaba.

Salió en esto el galan de la montaña,

Y el pece se metió en la mar huyendo;

Sus ojos el galan arrasa y baña,

Con lágrimas, y a ella se viniendo

Le dice: si la vista no me engaña,

Camino tengo ya, venid corriendo.

La dama le responde: a prisa vamos

Al pueblo, porque mas no nos perdamos.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0