A sí pro pio se o dia y a bo rre ce
que en ver se sin su luz y cla ra es tre lla
a la muer te de ve ras él se o fre ce
que más quie re mo rir que es tar sin e lla
La no che no dur mió y no a ma ne ce
en su bus ca ca mi na por a qué lla
la da ma un po co duer me por que sue le
en e llas a flo jar cuan do más due le
Un pe ce de es pan ta ble com pos tu ra
del mar sa lió rep tan do por el sue lo
su bio se e lla hu yen do en u na al tu ra
con gri tos que po ní a a llá en el cie lo
El pe ce la si guió la sin ven tu ra
tem blan do es tá de mie do con gran due lo
el pe ce con sus o jos la mi ra ba
y al pa re cer ge mi dos a rro ja ba
Sa lió en es to el ga lán de la mon ta ña
y el pe ce se me tió en la mar hu yen do
sus o jos el ga lán a rra sa y ba ña
con lá gri mas y a e lla se vi nien do
le di ce si la vis ta no me en ga ña
ca mi no ten go ya ve nid co rrien do
La da ma le res pon de a pri sa va mos
al pue blo por que más no nos per da mos
A sí propio se odia y aborrece,
que en verse sin su luz y clara estrella
a la muerte de veras él se ofrece,
que más quiere morir que estar sin ella.
La noche no durmió y no amanece,
en su busca camina por aquélla;
la dama un poco duerme, porque suele
en ellas aflojar cuando más duele.
Un pece de espantable compostura
del mar salió reptando por el suelo,
subiose ella huyendo en una altura
con gritos que ponía allá en el cielo.
El pece la siguió, la sin ventura
temblando está de miedo con gran duelo;
el pece con sus ojos la miraba,
y al parecer gemidos arrojaba.
Salió en esto el galán de la montaña
y el pece se metió en la mar huyendo;
sus ojos el galán arrasa y baña
con lágrimas, y a ella se viniendo
le dice: si la vista no me engaña,
camino tengo ya, venid corriendo.
La dama le responde: a prisa vamos
al pueblo, porque más no nos perdamos.
A sí propio se odia y aborrece,
Que en verse sin su luz y clara estrella,
A la muerte de veras él se ofrece,
Que mas quiere morir que estar sin ella.
La noche no durmió y no amanece,
En su busca camina por aquella,
La dama un poco duerme, porque suele
En ellas aflojar cuando mas duele.
Un pece de espantable compostura
Del mar salió reptando por el suelo,
Subióse ella huyendo en una altura
Con gritos que ponia allá en el cielo:
El pece la siguió, la sin ventura
Temblando está de miedo con gran duelo;
El pece con sus ojos la miraba,
Y al parecer gemidos arrojaba.
Salió en esto el galan de la montaña,
Y el pece se metió en la mar huyendo;
Sus ojos el galan arrasa y baña,
Con lágrimas, y a ella se viniendo
Le dice: si la vista no me engaña,
Camino tengo ya, venid corriendo.
La dama le responde: a prisa vamos
Al pueblo, porque mas no nos perdamos.