A lle gan al lu gar muy des tro za dos
ham brien tos a ma ri llos sin sen ti do
mas u no de o tro fue ron a par ta dos
que su vi vir y tra to fue sa bi do
En tram bos de mí fue ron cas ti ga dos
que por suer te el o fi cio me ha ca bi do
mas qué cas ti go ha ber a llí po dí a
i gual a a quel que ya se pa de cí a
En es te tiem po an da ba con pres te za
jun tan do Juan Or tiz mu cha co mi da
el Sar gen to ma yor va sin pe re za
de los in dios bus can do la ma ni da
y tan to ca lor po ne y tal des tre za
que la mi se ria en bre ve fe ne ci da
que el in dio tie ne de ja y los buhí os
ba rri dos de al to a ba jo y muy va cí os
A cual in dio le to ma la ha ma ca
a cual el pe lle jue lo que te ní a
a cual si le re pli ca a llí le sa ca
la man ta con que el tris te se cu brí a
Al fin en la pa red no de ja es ta ca
que to do cuan to ha lla des truí a
y no con ten to de es ta tal des tro za
e no jo da al que tie ne mu jer mo za
Allegan al lugar muy destrozados,
hambrientos, amarillos, sin sentido;
mas uno de otro fueron apartados,
que su vivir y trato fue sabido.
Entrambos de mí fueron castigados,
que por suerte el oficio me ha cabido,
mas qué castigo haber allí podía
igual a aquel que ya se padecía.
En este tiempo andaba con presteza
juntando Juan Ortiz mucha comida;
el Sargento mayor va sin pereza
de los indios buscando la manida,
y tanto calor pone, y tal destreza,
que la miseria en breve fenecida,
que el indio tiene, deja y los buhíos
barridos de alto a bajo y muy vacíos.
A cual indio le toma la hamaca,
a cual el pellejuelo que tenía,
a cual, si le replica, allí le saca
la manta con que el triste se cubría.
Al fin, en la pared no deja estaca,
que todo cuanto halla destruía;
y no contento de esta tal destroza,
enojo da al que tiene mujer moza.
Allegan al lugar muy destrozados,
Hambrientos, amarillos, sin sentido:
Mas uno de otro fueron apartados,
Que su vivir y trato fué sabido.
Entrambos de mí fueron castigados,
Que por suerte el oficio me ha cabido,
Mas que castigo haber allí podia,
Igual a aquel que ya se padecia.
En este tiempo andaba con presteza
Juntando mucha comida:
El vá sin pereza
De los indios buscando la manida;
Y tanto calor pone, y tal destreza,
Que la miseria en breve fenecida,
Que el indio tiene, deja y los buhíos
Barridos de alto a bajo, y muy vacios.
A cual indio le toma la hamaca,
A cual el pellejuelo que tenia,
A cual, si le replica, allí le saca
La manta con que el triste se cubria.
Al fin, en la pared no deja estaca,
Que todo cuanto halla, destruia,
Y no contento de esta tal destroza,
Enojo dá al que tiene muger moza.