Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Tam bién a llá en la is la pre ten die ron

lle var de la al mi ran ta u nos sol da dos

la bar ca con la cual ir se qui sie ron

al puer to San Vi cen te en ca mi na dos

En es te ca so pues en tre vi nie ron

mu je res por huir los tris tes ha dos

mas no pu do cua jar se es te con cier to

que fue por las mu je res des cu bier to

Huir se to dos bien se lo de se a ban

que el te mor de mo rir les in ci ta ba

y al gu nos vi que a llí lo pro cu ra ban

aun que el po si ble a to dos les fal ta ba

So bre es to mu chas jun tas se e fec tua ban

y a al gu nos el jun tar vi da cos ta ba

E ra el do lor tris te zas y tor men tos

el ver po blar las hor cas de ham brien tos

A que llos que el huir se no han cer ta do

juz ga ban por no ver ca mi no cier to

y al pe rro que ha lla ban des man da do

ma ta ban y aun a pe nas e ra muer to

cuan do es tan do co ci do o mal a sa do

en el ham brien to vien tre e ra en cu bier to

te mien do que si el due ño lo su pie ra

la pre sa de las ma nos les co gie ra

También allá en la isla pretendieron

llevar de la almiranta unos soldados

la barca, con la cual irse quisieron

al puerto San Vicente encaminados.

En este caso, pues, entrevinieron

mujeres por huir los tristes hados;

mas no pudo cuajarse este concierto,

que fue por las mujeres descubierto.

Huirse todos bien se lo deseaban,

que el temor de morir les incitaba,

y algunos vi que allí lo procuraban,

aunque el posible a todos les faltaba.

Sobre esto muchas juntas se efectuaban,

y a algunos el juntar vida costaba.

Era el dolor, tristezas y tormentos,

el ver poblar las horcas de hambrientos.

Aquellos que el huirse no han certado,

juzgaban por no ver camino cierto;

y al perro que hallaban desmandado

mataban; y aun apenas era muerto

cuando, estando cocido o mal asado,

en el hambriento vientre era encubierto,

temiendo que si el dueño lo supiera

la presa de las manos les cogiera.

Tambien allá en la isla pretendieron

Llevar de la Almiranta unos soldados

La barca, con la cual ir se quisieron

Al puerto San Vicente encaminados.

En este caso, pues, entrevieron

Mugeres por huir los tristes hados;

Mas no pudo quajarse este concierto,

Que fué por las mugeres descubierto.

Huirse todos, se, lo deseaban,

Que el temor de morir les incitaba,

Y algunos ví que allí lo procuraban,

Aunque el posible a todos les faltaba:

Sobre esto muchas juntas se efectuaban,

Y a algunos el juntar vida costaba.

Era dolor, tristezas y tormentos,

El ver poblar las horcas de hambrientos.

Aquellos que el huirse no han certado,

Juzgaban por no ver camino cierto;

Y al perro que hallaban desmandado

Mataban: y aun a penas era muerto,

Cuando estando cocido ó mal asado,

En el hambriento vientre era encubierto,

Temiendo que si el dueño lo supiera,

La presa de las manos les cogiera.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0