Cu le bras quien ha lla ba e ra di cho so
y de pa dres y her ma nos en vi dia do
La gar ti jas pe que ñas yo bien o so
de cir que las co mí mal de mi gra do
y sé que me ha lla ba de se o so
de te ner a bun dan cia que pro ba do
su sa bor ri ca men te me sa bí a
y más que de ca bri tos pa re cí a
Al gu nos en ca zar de los ra to nes
tan dies tros y tan há bi les es ta ban
que en true co de u na o dos o más ra cio nes
un nú me ro ta sa do con cer ta ban
Tam bién ha bí a u na es pe cie de li ro nes
que al mo do de co ne jos se gui sa ban
y aun que fal ta ba a cei te y vi no a ñe jo
la gran ham bre pres ta ba sal mo re jo
Los sa pos pon zo ño sos e hin cha dos
con es cuer zos no ci vos por muy sa nas
co mi das se juz ga ban que for za dos
los hom bres de su ra bia y fuer tes ga nas
es tan do los es cuer zos de so lla dos
juz ga ban ser en to do pu ras ra nas
y aun el sa bor de cí an que ex ce dí a
a las ra nas en gran de de ma sí a
Culebras quien hallaba era dichoso,
y de padres y hermanos envidiado.
Lagartijas pequeñas yo bien oso
decir que las comí, mal de mi grado,
y sé que me hallaba deseoso
de tener abundancia, que probado
su sabor ricamente me sabía,
y más que de cabritos parecía.
Algunos en cazar de los ratones
tan diestros y tan hábiles estaban,
que en trueco de una, o dos, o más raciones,
un número tasado concertaban.
También había una especie de lirones
que al modo de conejos se guisaban,
y aunque faltaba aceite y vino añejo,
la gran hambre prestaba salmorejo.
Los sapos ponzoñosos e hinchados,
con escuerzos nocivos, por muy sanas
comidas se juzgaban, que forzados
los hombres de su rabia y fuertes ganas,
estando los escuerzos desollados,
juzgaban ser en todo puras ranas,
y aun el sabor decían que excedía
a las ranas en grande demasía.
Culebras quien hallaba era dichoso,
Y de padres y hermanos envidiado,
Lagartijas pequeñas yo bien oso
Decir, que las comí mal de mi grado:
Y sé que me hallaba deseoso
De tener abundancia, que probado
Su sabor ricamente me sabia,
Y mas que de cabritos parecia.
Algunos en cazar de los ratones
Tan diestros y tan hábiles estaban,
Que en trueco de una, ó dos, ó mas raciones,
Un número tasado concertaban:
Tambien habia una especie de lirones,
Que al modo de conejos se guisaban,
Y aunque faltaba aceite y vino añejo,
La gran hambre prestaba salmorejo.
Los sapos ponzoñosos é hinchados,
Con escuerzos nocivos, por muy sanas
Comidas se juzgaban; que forzados
Los hombres de su rabia y fuertes ganas,
Estando los escuerzos desollados,
Juzgaban ser en todo puras ranas:
Y aun el sabor decian que excedia
A las ranas en grande demasía.