Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En tan to que u no es hom bre es o bli ga do

a dos mil in for tu nios y fla que zas

que del pri me ro pa dre se ha he re da do

do lor pe na con go jas y tris te zas

que to das son re li quias del pe ca do

con o tros mil de fec tos y vi le zas

que jun tos en A dán los re ci bi mos

cuan do por el pe ca do en él mo ri mos

En el I bia za pues se ha re co gi do

co mo di ji mos ma íz y fri jo les

y ha bien do los hui dos con ven ci do

a pres ta Juan Or tiz sus es pa ño les

pa ra sa lir de a llí y no ha par ti do

cuan do un gran tem po ral ve réis y dio les

en me dio u na la gu na que pa sa ban

a don de seis sol da dos se a ho ga ban

Em bár can se en ca no as los sol da dos

y al tiem po del pa sar an da ba bra va

la mar que a llí de sa gua do los ha dos

y el cru do ven da val que re so pla ba

se jun tan y al pa sar son a ne ga dos

de lan te Juan Or tiz que los mi ra ba

seis hom bres y más que és tos se a ho ga ran

si los in dios so co rro no pres ta ran

En tanto que uno es hombre, está obligado

a dos mil infortunios y flaquezas,

que del primero padre se ha heredado

dolor, pena, congojas y tristezas,

que todas son reliquias del pecado

con otros mil defectos y vilezas,

que juntos en Adán los recibimos

cuando por el pecado en él morimos.

En el Ibiaza, pues, se ha recogido,

como dijimos, maíz y frijoles,

y habiendo los huidos convencido,

apresta Juan Ortiz sus españoles

para salir de allí; y no ha partido

cuando un gran temporal veréis, y dioles

en medio una laguna que pasaban,

a donde seis soldados se ahogaban.

Embárcanse en canoas los soldados,

y al tiempo del pasar andaba brava

la mar, que allí desagua do los hados

y el crudo vendaval que resoplaba

se juntan, y al pasar son anegados

delante Juan Ortiz, que los miraba,

seis hombres; y más que éstos se ahogaran

si los indios socorro no prestaran.

En tanto que uno es hombre, está obligado

A dos mil infortunios y flaquezas,

Qué del primero padre se ha heredado

Dolor, pena, congojas y tristezas;

Que todas son reliquias del pecado,

Con otros mil defectos y vilezas,

Que juntos en los recibimos,

Cuando por el pecado en él morimos.

En el Ibiaza, pues, se ha recogido,

Como digimos, maiz y frijoles,

Y habiendo los huidos convencido,

Apresta sus españoles

Para salir de allí; y no ha partido,

Cuando un gran temporal vereis, y dióles

En medio una laguna que pasaban,

A donde seis soldados se ahogaban.

Embárcanse en canoas los soldados,

Y al tiempo del pasar andaba brava

La mar, que allí desagua dó los hados,

Y el crudo vendabal que resoplaba,

Se juntan, y al pasar son anegados

Delante , que los miraba,

Seis hombres; y mas que estos, se ahogáran,

Si los indios socorro no prestáran.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0