Pa sa da la la gu na se me tie ron
los sol da dos y gen te que ve ní a
por la mon ta ña a den tro y pa de cie ron
tra ba jo ca mi nan do en de ma sí a
Al fin al puer to pues to dos vi nie ron
pa sa do en ca mi nar el cuar to dí a
Juan Or tiz por la mar vie ne y na ve ga
dos dí as y tam bién al puer to a lle ga
Lle ga do con pla cer es re ci bi do
y lue go de ter mi na de par tir se
y a a que llos que di ji mos pre ten di do
ha bí an en la bar ca es ca bu llir se
en más gra ve pri sión los ha me ti do
por que ja más in ten ten de huir se
Con un So to ma yor fe ne ce pres to
de ján do le en un pa lo y hor ca pues to
Al tiem po que el ver du go ya que rí a
qui tar le la es ca le ra a sí ha bla ba
O íd un po co a ho ra Yo so lí a
u na o ra ción re zar y a cos tum bra ba
a ques to mu cho tiem po ca da dí a
Y hoy por mi des di cha la ol vi da ba
De jád me la de cir Mas no ha a ca ba do
cuan do el sa yón la es ca la le ha qui ta do
Pasada la laguna, se metieron
los soldados, y gente que venía,
por la montaña adentro, y padecieron
trabajo caminando en demasía.
Al fin al puerto, pues, todos vinieron,
pasado en caminar el cuarto día;
Juan Ortiz por la mar viene, y navega
dos días, y también al puerto allega.
Llegado, con placer es recibido,
y luego determina de partirse;
y a aquellos que dijimos pretendido
habían en la barca escabullirse,
en más grave prisión los ha metido
porque jamás intenten de huirse.
Con un Sotomayor fenece presto,
dejándole en un palo y horca puesto.
Al tiempo que el verdugo ya quería
quitarle la escalera, así hablaba:
"Oíd un poco ahora. Yo solía
una oración rezar, y acostumbraba
aquesto mucho tiempo cada día.
Y hoy, por mi desdicha, la olvidaba.
Dejádmela decir". Mas no ha acabado
cuando el sayón la escala le ha quitado.
Pasada la laguna, se metieron
Los soldados, y gente que venia,
Por la montaña adentro, y padecieron
Trabajo caminando en demasia.
Al fin al puerto, pues, todos vinieron,
Pasado en caminar el cuarto dia:
por la mar viene, y navega
Dos dias, y tambien al puerto allega.
Llegado, con placer es recibido,
Y luego determina de partirse;
Y a aquellos que digimos, pretendido
Habian en la barca escabullirse,
En mas grave prision los ha metido:
Porque jamas intenten de huirse.
Con un fenece presto,
Dejándole en un palo y horca puesto.
Al tiempo que el verdugo ya queria
Quitarle la escalera, así hablaba:
Oid un poco ahora: yo solia
Una oracion rezar, y acostumbraba
Aquesto mucho tiempo cada dia,
Y hoy, por mi desdicha, la olvidaba:
Dejádmela decir:--mas no ha acabado,
Cuando el sayon la escala le ha quitado.