Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El ar ma da sa lió de a ques te puer to

en de man da del o de la Pla ta

Nin gún pi lo to lle va que es cier to

a dón de se gui mas ya de sa ta

a los vien tos E o lo y bien a bier to

ha bien do sus ca ver nas dis pa ra ta

con e llos por el ai re de tal mo do

que pa re ce a ca bar lo quie re to do

La mar su be por ci ma las es tre llas

los cie los ha cia a ba jo se ba ja ban

las o las pa re a que cen te llas

por ci ma de las a guas a rro ja ban

Llo ra ban las mu je res y don ce llas

los hom bres gran de gri ta le van ta ban

de so la con tri ción ya se pro cu ra

que al mar tie nen por cier ta se pul tu ra

An du vo al gu nos as el ar ma da

for tu na a y a llá yen do y vi nien do

des pués la mar es tan do so se ga da

na ve ga en bre ve tiem po des cu brien do

la tie rra tan de to dos de se a da

Y sin sa ber dó es tán yen do di cien do

qué tie rra pue de ser la que se a

pa el ar ma da a llí que a no che a

El armada salió de aqueste puerto

en demanda del Río de la Plata.

Ningún piloto lleva que esté cierto

a dónde seguirá; mas ya desata

a los vientos Eolo, y bien abierto

habiendo sus cavernas, disparata

con ellos por el aire de tal modo

que parece acabarlo quiere todo.

La mar sube por cima las estrellas,

los cielos hacia abajo se bajaban,

las olas parecía que centellas

por cima de las aguas arrojaban.

Lloraban las mujeres y doncellas,

los hombres grande grita levantaban;

de sola contrición ya se procura,

que al mar tienen por cierta sepultura.

Anduvo algunos días el armada

fortuna acá y allá yendo y viniendo;

después, la mar estando sosegada,

navega, en breve tiempo descubriendo

la tierra tan de todos deseada.

Y sin saber dó están, yendo diciendo

¿qué tierra puede ser la que se vía?,

paró el armada allí, que anochecía.

El armada salió de aqueste puerto,

En demanda del Río de la Plata:

Ningun piloto lleva que esté cierto

A donde seguirá; mas ya desata

A los vientos , y bien abierto

Habiendo sus cavernas, disparata

Con ellos por el aire de tal modo,

Que parece acabarlo quiere todo.

La mar sube por cima las estrellas;

Los cielos hácia abajo se bajaban;

Las olas parecia que centellas

Por cima de las aguas arrojaban.

Lloraban las mugeres y doncellas;

Los hombres grande grita levantaban;

De sola contricion ya se procura,

Que al mar tienen por cierta sepultura.

Anduvo algunos días el Armada

Fortuna acá y allá yendo y viniendo;

Despues, la mar estando sosegada,

Navega, en breve tiempo descubriendo

La tierra tan de todos deseada.

Y sin saber dó están, yendo diciendo,

¿Qué tierra puede ser la que se via?

Paró el Armada allí, que anochecía.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0