Pues es ta cau sa ten go yo por cla ra
por don de Sa ta nás tan to pro cu ra
con su ma la in ten ción i ni cua a va ra
que nues tra ar ma da nun ca es té se gu ra
Que en su tan to le qui ta el ce tro y va ra
y vien do su rei na do po co du ra
mo vi do de ren cor y cru do due lo
con las on das del mar en tur bia el cie lo
Gran Dios Se ñor in men so y so be ra no
que per mi tís a zo te co mo ve mos
a ques te Sa ta nás con cru da ma no
El se cre to tan al to no en ten de mos
sa be mos pe ro bien que nos es sa no
el mal que mu chas ve ces pa de ce mos
que son por los pe ca dos co me ti dos
los ma les mu chas ve ces in fli gi dos
El fre no que le po ne Dios e ter no
le ha ce es tar a ra ya que si fue ra
en ma nos del de mo nio en el in fier no
al hu ma no li na je ya tu vie ra
Es tan ma lo de a qués te su go bier no
que en sus pe nas a to dos ver qui sie ra
con sa ber que de a ques to la ga nan cia
que le vie ne es tor men to en a bun dan cia
Pues esta causa tengo yo por clara,
por donde Satanás tanto procura,
con su mala intención inicua avara,
que nuestra armada nunca esté segura.
Que en su tanto le quita el cetro y vara,
y viendo su reinado poco dura,
movido de rencor y crudo duelo,
con las ondas del mar enturbia el cielo.
¡Gran Dios, Señor inmenso y soberano,
que permitís azote, como vemos,
aqueste Satanás con cruda mano!
El secreto tan alto no entendemos;
sabemos pero bien, que nos es sano
el mal que muchas veces padecemos,
que son por los pecados cometidos
los males muchas veces infligidos.
El freno que le pone Dios eterno
le hace estar a raya; que si fuera
en manos del demonio, en el infierno
al humano linaje ya tuviera.
Es tan malo de aquéste su gobierno,
que en sus penas a todos ver quisiera,
con saber que de aquesto la ganancia
que le viene es tormento en abundancia.
Pues esta causa tengo yo por clara,
Por donde tanto procura,
Con su mala intencion inicua avara,
Que nuestra Armada nunca esté segura.
Que en su tanto le quita el cetro y vara,
Y viendo su reinado poco dura,
Movido de rencor y crudo duelo,
Con las ondas del mar enturbia el cielo.
¡Gran Dios, Señor inmenso y soberano,
Que permitís azote, como vemos,
Aqueste con cruda mano!
El secreto tan alto no entendemos;
Sabemos pero bien, que nos es sano
El mal que muchas veces padecemos,
Que son por los pecados cometidos,
Los males muchas veces infligidos.
El freno, que le pone eterno,
Le hace estar a raya; que si fuera
En manos del demonio, en el infierno
Al humano linaje ya tuviera.
Es tan malo de aqueste su gobierno,
Que en sus penas a todos ver quisiera,
Con saber que de aquesto la ganancia
Que le viese, es tormento en abundancia.