Y a sí di ce San Pe dro que ro de a
bus can do a quien tra gar muy pre su ro so
el ad ver sa rio dia blo y que pe le a
con tra el li na je hu ma no ri gu ro so
In ci ta mue ve al hom bre y le gran je a
con sus ma ñas y ar tes que es ma ño so
y cuan do más no pue de con sus tre tas
con tén ta se en ha cer le mil bur le tas
Qué di re mos de a quel gran ma ri ne ro
Ca rre ño que en tres dí as vi no a Es pa ña
de las In dias tra yen do mal tem pe ro
hu ra ca nes tor men ta muy ex tra ña
Ni gen te de la mar ni pa sa je ro
en pie es ta ba y an da ba gran com pa ña
de dia blos que las ve las ma ri na ban
y la na ve con fuer za se lle va ban
Lar ga es co ta el pi lo to les de cí a
y ca van el trin que te y la me sa na
y si les di ce ai za con por fí a
a mai nan los trai do res con gran ga na
Y vien do que al con tra rio se ha cí a
al con tra rio man dó y a sí fue sa na
su na ve por los dia blos ma ri na da
Y quién du da que fue de Dios guar da da
Y así dice San Pedro que rodea,
buscando a quien tragar muy presuroso,
el adversario diablo, y que pelea
contra el linaje humano riguroso.
Incita, mueve al hombre y le granjea
con sus mañas y artes (que es mañoso),
y cuando más no puede con sus tretas,
conténtase en hacerle mil burletas.
¿Qué diremos de aquel gran marinero
Carreño, que en tres días vino a España
de las Indias, trayendo mal tempero,
huracanes, tormenta muy extraña?
Ni gente de la mar ni pasajero
en pie estaba, y andaba gran compaña
de diablos, que las velas marinaban
y la nave con fuerza se llevaban.
Larga escota, el piloto les decía,
y cavan el trinquete y la mesana;
y si les dice aiza, con porfía
amainan los traidores con gran gana.
Y viendo que al contrario se hacía,
al contrario mandó, y así fue sana
su nave por los diablos marinada.
¡Y quién duda que fue de Dios guardada!
Y así dice , que rodea,
Buscando a quien tragar muy presuroso,
El adversario , y que pelea
Contra el linage humano riguroso:
Incita, mueve al hombre y le grangea
Con sus mañas y artes, (que es mañoso)
Y cuando mas no puede con sus tretas,
Contentase en hacerle mil burletas.
¿Qué diremos de aquel gran marinero
Carreño, que en tres dias vino a
De las Indias, trayendo mal tempero,
Huracanes, tormenta muy estraña?
Ni gente de la mar, ni pasagero
En pié estaba, y andaba gran compaña
De diablos, que las velas marinaban
Y la nave con fuerza se llevaban.
Larga escota, el piloto les decia,
Y cavan el trinquete y la mesana;
Y si les dice, _aiza_, con porfia
Amainan los traidores con gran gana.
Y viendo que al contrario se hacia,
Al contrario mandó: y así fué sana
Su nave por los diablos marinada;
¡Y quien duda que fué de guardada!